El adelanto de hora de la pasada madrugada afectará especialmente a niños, adultos mayores de 50 años y personas con demencia, que pueden tardar entre siete y diez días en adaptarse, según el neurólogo Francisco Valenzuela. Por el contrario, adolescentes y adultos sanos de menos de 50 apenas tendrán problemas para asumir el cambio en dos o tres días.

Este especialista en trastornos del sueño del Instituto de Neurociencias Avanzadas de Madrid (Inemad) explica que las personas con demencia suelen ser también las de edad más avanzada, lo que es clave en la disminución de melatonina, sustancia natural del cuerpo que determina el ciclo sueño-vigilia. De hecho, la mitad de los pacientes con demencia tienen una "disrupción severa" del mismo. El médico apunta que más tiempo de luz solar es un factor determinante, pues varían los horarios de levantarse y acostarse y esto "desestabiliza" el sueño. En el caso de los niños, se debe también a que su ciclo vigilia-sueño está "inmaduro".

Para minimizar los efectos, Valenzuela aconseja exponerse a la luz cuando es de día y evitar la iluminación brillante cuando haya oscuridad en la calle; disminuir o eliminar el consumo de cafeína y alcohol, evitar el ejercicio agotador antes de irse a la cama, los inductores del sueño y las siestas.

También el médico especialista en sueño Eduard Estivill constata que personas de más edad y niños suelen ser los más perjudicados y pueden tardar algo más en acostumbrarse, ya que esa hora "perdida" puede causar pequeños desajustes de salud, sobre todo en el ritmo de vigilia y sueño. El cambio al horario de verano se soporta peor que el de invierno, asegura en un comunicado, porque el cuerpo humano tiene "menos dificultades" para pasar a un día de 25 horas que a uno de 23. Por eso, recomienda no restar una hora de golpe a la rutina, sino repartirla en cuatro jornadas, a razón de 15 minutos diarios.

Según el Instituto DKV de la Vida Saludable, pueden sentirse alteraciones del sueño, mayor cansancio, apatía o algo de tristeza, irritabilidad o cuadros leves de ansiedad, aunque esto dura alrededor de tres días. Así, se sugiere cenar ligeramente, acostarse un poco antes los primeros días, evitando la luz de las pantallas electrónicas, practicar deporte moderado, actividades al aire libre y no alterar los hábitos alimenticios.