Sandra Barneda es de las que piensa antes de hablar. Cuida lo que dice en público tanto como lo que escribe. En los últimos años se ha convertido en una de las caras más visibles por los derechos de la mujer y también del colectivo LGTBI. La periodista presentó esta semana en Vigo su último trabajo, Hablarán de nosotras, un libro en el que recopila la vida de 17 mujeres que "pecaron" para alcanzar su destino.
-¿Por qué ha escogido hablar de los pecados?
-Creo que el pecado está muy arraigado y para exonerarlo de culpa. La mujer lleva muchos años de historia con la culpa a cuestas y he querido hacerle un homenaje contando vidas de mujeres que para mí sacrificaron mucho para ser libres y las consideraron pecadoras.
-El pecado en este caso es virtud.
-Sí. ¿Por qué aquello que nos dicen que es pecado no puede ser una virtud? Para mí los siete pecados capitales no son más que una imprimación de los rasgos del carácter de cada uno.
-Ha asociado cada mujer a un pecado, ¿a cuál se asociaría usted?
-No me asociaría nunca al pecado de la envidia, no la he sentido. Ahora mismo estoy permitiéndome ser lujuriosa, en todos los sentidos. Estoy explorando.
- ¿Le beneficia o le perjudica ser lujuriosa teniendo en cuenta que es un personaje público?
-Me ayuda porque el permitirte ser lujuriosa te provoca sentirte más libre. Mi carácter cambia, creo que es mejor.
-En ocasiones se le ha asociado a la soberbia por su carácter serio. No sé si se siente identificada.
-Alguna vez he dicho que podría ser mi pecado también. La seriedad no tiene nada que ver con la soberbia, pero a veces una mujer con carácter se la considera soberbia.
-Algo que no se le suele achacar a los hombres.
-No tanto.
-Es una gran defensora de la igualdad, ¿esto le ha supuesto algún problema o el mero hecho de ser mujer?
-Por el hecho de ser mujer siempre existen pequeñas lindezas que al final van sumando y que te hacen sentir esa desigualdad que existe. Nosotras tenemos que creernos ya que podemos, que también tenemos derecho porque muchas veces nos sobrecargamos y nos exigimos demasiado porque ha habido tantos siglos en los que nos han dicho que no podíamos, que eso pesa.
-Necesitamos demostrar todo el tiempo que valemos.
-Sí, y como en el exterior tampoco existe la ansiada igualdad, pues eso hace una pelota y vivimos muy estresadas en la autoexigencia.
-En televisión habrá vivido esa exigencia, por ejemplo, en el físico
-En televisión diría que tanto para hombre como mujeres. Es verdad que el físico es importante, pero no ha sido una de las cosas que me ha preocupado.
-Ha dicho en varias ocasiones que le gustaría ser madre. Ahora se está debatiendo mucho sobre la maternidad por gestación subrogada, ¿cómo ve esta opción?
-Hay que legislarlo, con mucha claridad para que no se convirtiera en una explotación de la mujer como gestadora. Es un tema delicado, pero que existe y que por tanto hay un vacío legal y muchas familias que han utilizado esta técnica fuera de España han tenido problemas para registrar el bebé. No entiendo cómo los políticos no se han puesto manos a la obra. Si existe no tiene que ser un privilegio para los pudientes, tiene que ser para aquellas personas que tienen problemas para gestar.
-Estará al tanto de la polémica sobre las declaraciones de la periodista Samanta Villar, que ha dicho que tener dos hijos le ha restado "calidad de vida" y ha recibido muchas críticas.
-Samanta es una mujer que habla claro. Hay un movimiento, las malas madres, para desmitificar cosas que parecen estar rodeados de una ola de magnificencia y una de ellas es la maternidad. Creo que tener un hijo es la cosa más maravillosa del mundo, pero sí que resta calidad de vida.
