Mirar los ojos de niños de todo el mundo es su mejor forma de acercarse a la realidad. La óptica y audioprotesista viguesa Tania Roris acaba de regresar de su cuarta expedición con la Fundación Ruta de la Luz, formada por ópticos voluntarios que se dedican a revisar la vista y el oído de personas del Tercer Mundo, a los que luego preparan sus gafas en España y envían ya graduadas.
El Sáhara ha sido esta vez su destino, tras acudir el año pasado a Perú y los anteriores a Honduras y la India. En concreto, la viguesa atendió junto a otros dos compañeros la vista y los oídos en la población de Dahkla y otras cercanas. "Como la fundación ya ha trabajado en otras ocasiones en la zona, nos encontramos con que estaba todo bastante bien organizado, aunque al final siempre se apunta mucha más gente y tuvimos bastante trabajo, de 9 de la mañana a 9 de la noche", explica la profesional, al tiempo que destaca "la enorme satisfacción que te da ayudar a estas personas. Me siento muy privilegiada y nunca olvidare a todas esas personas a las que ayudamos gracias a la Fundación y al grupo GN Resound".
Por primera vez ofrecieron una campaña conjunta de óptica y audioprótesis, realizándose en total 545 revisiones, 284 ópticas y 170 audiométricas. "Me sorprendió sobre todo el tema de la audiología ya que me encontré con personas que a sus 20 años nunca habían oído y cuando les pones un audífono adaptado a ellos y ves su reacción es increíble, de lo más emocionante que he vivido en mi vida", relata Roris, que explica que con las revisiones ópticas es diferente "porque las gafas se las enviamos desde España dos ó tres meses después y nos perdemos la reacción que tienen los pacientes al poder ver bien con ellas".
En total realizaron 170 revisiones, de las cuales se entregaron 96 audífonos, "un porcentaje bastante alto, ya que nos encontramos con muchos casos de sordera, muchas de ellas bastante profundas, aunque ahora lo que haría falta son logopedas que no existen en Dachkla para que les ayuden a aprender a hablar y a diferenciar sonidos", explica la óptica, que posee dos ópticas, una en Vigo y otra en Nigrán.
"También es verdad que me ha quedado mal sabor con algunas personas con las que no podíamos hacer nada, bien porque eran sordos sin ningún residual o bien porque no teníamos audífonos con tanta potencia. Uno de ellos era un chico joven que a nivel audiológico no pudimos hacer nada por él y a nivel óptico tenia retinosis pigmentaria, con lo cual sabemos que en pocos años se va a quedar ciego también, y nos quedamos todos un poco impotentes", recuerda.
A nivel óptico, Roris explica que se encontró "con muchos niños mal graduados y con ojo vago debido a la graduación errónea y al mal uso del parche que estaban utilizando. Hemos podido ver a niños de 7 dioptrías sin usar gafas, y de lo que todos los niños se quejaban era de ojo seco debido al clima del desierto", concluye.
