El peregrinaje hacia Santiago de Compostela no conoce obstáculos. El pasado domingo finalizó el quinto DisCamino del año 2016, una iniciativa para personas con discapacidad funcional que desean completar la ruta xacobea. La próxima semana, otra expedición afrontará un nuevo reto: la Vuelta Ciclista a España.

Corría el verano de 2009 cuando Gerardo Fernández, un vigués con discapacidad visual y auditiva, completó el Camino en triciclo tándem. En Santiago comentó a uno de sus compañeros, el policía vigués Javier Pitillas, la idea de que más gente pudiese vivir la experiencia. Así nació el DisCamino. "Desde entonces, el número de participantes no ha parado de crecer", cuenta Pitillas. Este año, 45 peregrinos de diferentes edades completarán las siete rutas programadas.

El 24 de julio comenzó en Roncesvalles el quinto recorrido del proyecto anual, el Camino Francés. Cuatro personas con discapacidad funcional recorrieron los 800 kilómetros que separan el municipio navarro de la capital compostelana. Juntos formaron un equipo con la ayuda solidaria de voluntarios y familiares.

El benjamin del grupo fue Unai, un chico de 14 años que hizo la ruta en bicicleta con silla de ruedas, junto a su padre Koko como copiloto. El más veterano fue José Varela, de 63 años, que repetía experiencia. Tiene parálisis cerebral y pedaleó en un tándem junto a Javier Pitillas.

Paula Pereiro, de 41 años, también tiene parálisis cerebral. Para llegar a la capital gallega compartió tándemcon Fernando, su piloto.

Javier Fernández, con parálisis cerebral y ataxia (dificultad para coordinar los movimientos) hizo el camino a bordo de una handbike, pedaleando con las manos y ayudado por Silvia.

"La idea es que cualquier persona con la ilusión de hacer el Camino lo pueda conseguir. No hay límites", explica Pitillas. Las personas interesadas o familiares se ponen en contacto con los organizadores. Cuando estos conocen la situación del interesado, buscan el aparato adecuado a su discapacidad.

El DisCamino aporta "beneficio físico, mental y social", opina el organizador. Además de la actividad física, los participantes se integran en el grupo y comparten experiencias con los peregrinos que se encuentran a su paso. "Muchos repiten. Quieren seguir porque es algo que les llena. Quieren superarse cada año y hacer más kilómetros", cuenta el policía.

El entrenamiento constante es uno de los requisitos. Además de la preparación que requiere esta prueba, los participantes deben ejercitarse como mínimo dos veces a la semana con los voluntarios, en sesiones de hora y media.

Próxima parada, La Vuelta

Las expediciones del DisCamino han llegado a Compostela por todas las rutas posibles: el Camino Francés, el del Norte, la ruta de la Plata, desde Vigo... Pero ahora han decidido cambiar la meta: recorrerán España como los profesionales de La Vuelta.

El próximo jueves, un día antes de la prueba ciclista, seis copilotos y tres pilotos saldrán desde Ourense. La expedición hará todas las etapas de la competición, siempre un día por delante de los atletas, y llegarán a Madrid el 10 de septiembre.