Por motivos de trabajo, el diplomático Enrique Criado vivió tres años en Kinshasa, la capital de la República Democrática del Congo. Fruto de ese periodo es este libro cargado de experiencias y sensaciones? La asistencia del autor a una boda congoleña, las situaciones cómicas vividas por la calle o en la selva profunda, donde un grupo de rebeldes secuestró casi por error a un médico español que acabó montando una clínica para sus captores. "Una obra interesante -dicen sus editores- no solo para los amantes de los viajes, sino para todos aquellos que abandonan su país y terminan viviendo en otro totalmente ajeno que acaba por conquistar su corazón".

En la charla se habló de la situación de la mujer ("es más independiente que en otros países de África"), la poligamia, la religión, el proceso de independencia y la llegada de Mobutu..." Solo en un país como el Congo -cuenta Criado- puede darse un caso como el de Mario Sarsa, el médico español que fue secuestrado por una remota tribu selvática y que acabó improvisando una consulta médica para sus captores, mientras esperaba a que uno de los peores ejércitos del planeta lanzara una operación de comando para liberarle".

O el caso de Nuria Sánchez de Ocaña, una religiosa ya anciana que estudia sentencias en archivos polvorientos para sacar de prisión a quienes han cumplido condena y que, de no ser por su labor, seguirían olvidados a la sombra indefinidamente, pues las órdenes de liberación dictadas rara vez llegan a su destino. "Allí se forjan caracteres como el del doctor Mukwege, que muy a su pesar se ha convertido en el máximo especialista mundial en intervenciones quirúrgicas para reconstruir genitales femeninos desgarrados en brutales violaciones".