La decisión de la diputada y número de tres de Podemos Carolina Bescansa (Santiago, 1971) de acudir a la sesión constitutiva del Congreso en Madrid con su bebé de cinco/seis meses -al que dio la teta, la primera vez que eso ocurría en una cámara española pero no europea- revolucionó ayer los medios. Críticas, reproches, ánimos e ironías fueron vertidas en informaciones y en "memes" (chistes en internet) que pusieron la sonrisa a un día en el que una anécdota protagonizó titulares y posts.
Leo Bassi en Twitter posteó "La Virgen también llevaba a su bebé al curro". En otros 'memes' se vio la foto de Bescansa con su hijo en brazos sustituyendo la cara del bebé por la de Íñigo Errejón, diputado de Podemos. En otros, se comentó: "Bueno, por fin Errejón va a poder comentar con alguien en el Congreso el episodio de ayer de la Patrulla Canina" (una serie de dibujos animados).
Apartando esta 'paja', ¿qué resta? Una polémica sobre las dificultades de las españolas para conciliar la atención a los hijos y la jornada laboral; las trabas para continuar con la lactancia materna una vez se acaba la baja maternal de 16 semanas cuando los pediatras recomiendan proseguir con ella al menos hasta las 24; las diferencias entre hombre y mujer en la atención filial pero también la división en los colectivos feministas sobre si una mujer trabajadora debe o no llevar su hijo al trabajo o amamantarlo; y el 'debate' político que ve marketing oportunista en el gesto.
Diputadas socialistas la criticaron y el PP vio "lamentable" que Bescansa "instrumentalice" a su bebé. Curioso es que ayer hubiera más polémica que cuando la popular Alicia Sánchez se llevó, en 2011, al Senado a su hijo de cinco años porque no tenía con quién dejarlo o cuando la senadora del PSC Iolanda Pineda se presentó en un pleno de la Cámara con su hijo para reivindicar el voto telemático en la baja maternal, lo que ya es posible.
Respecto al "marketing político" con Bescansa, no parece descabellado. Pablo Iglesias fue en 2012 quien asesoró a la AGE de Beiras en su campaña electoral a la Xunta. Entonces, sugirió que Yolanda Díaz apareciese en los carteles con su hijo en brazos. En fotos de medios, la ahora diputada apareció con el pequeño en brazos en las reuniones del Consello Nacional de Esquerda Unida. Cuatro años después, el mediático Iglesias controla Podemos.
¿Qué opina la afectada? Bescansa defendió el derecho que tiene todo el mundo a criar a sus hijos "como pueden y quieren", aclarando que no dejó al bebé en la guardería del Congreso (creada en 2006 con la ministra Carmen Chacón) porque aún lo amamanta. Para la compostelana, es hora de que las instituciones reflejen una realidad de la calle: las mujeres que dedican gran parte de su día al cuidado de sus hijos y otros familiares al tiempo que preservan su trabajo fuera de casa. Para ella, el objetivo era visibilizar "los cuidados", ponerlos "en el centro" del debate político, y favorecer que estas tareas dejen de ser un asunto "privado" que "las mujeres tienen que resolver en la invisibilidad".
Desde la asociación de lactancia materna Apeito "es positivo que una mujer política decida visibilizar una realidad a la que nos enfrentamos muchas cuando trabajamos y queremos mantener la lactancia materna. Gracias a esto, está habiendo un debate que hasta el momento parecía importar solo a las madres".
Opinión diferente mostró Luisa Ocampo, de la Asociación de Mulleres Nacionalistas Galegas, para quien el gesto de Bescansa no tiene que ver con la lactancia materna, "velo así é ser curto de miras. Pode ser un xesto que non me parece nin ben nin mal e que vai a favor da conciliación familiar e laboral, de que o coidado dos fillos sexa compartillado pola nai e o pai".
En un tono similar, se expresó Paula Ríos, desde la Plataforma Feminista Galega, quien lo vio como un posicionamiento para que el cuidado de las criaturas sea asumido socialmente: "As mulleres no tempo da crianza temos que asumir o coidado dos nenos porque os permisos están feitos para que nós nos fagamos cargo deles. Ela puido levar o neno ó seu traballo e non houbo problemas. Moitos parlamentarios deberían pensar se eles non asumen esa parte do coidado".
La crítica más ácida la ofreció la escritora María Xosé Queizán, de Figa (Feministas Independentes Galegas), que consideró que el acto de Bescansa buscaba solo "chamar a atención e facer propaganda. Unha muller non é só unha amamantadora; non é só nai. Unha muller ten que saber estar en cada lugar. A manía de agora (de ter que dar o peito meses e meses) vai en contra da igualdade".
