Periodista convertido en escritor. No es nada nuevo pero la pócima ha vuelto a triunfar y lo ha hecho con el nombre de De remate, la última novela ganadora del Premio Xerais. La firma Héctor Cajaraville que también sitúa a un plumilla como protagonista que sabemos que va a morir desde el principio. Ayer, Compostela acogía la primera presentación del libro.

-En la obra, el protagonista reconoce que, con 35 años, anda más perdido y confudido que nunca. ¿Son los 30 de ahora la adolescencia de antes?

-De los 30 a los 40, es un momento de la vida en el que te cambia todo. Antes, ese proceso, se producía a una edad anterior pero la sociedad ahora no es la misma. Cuando digo que a los 41 años, aún me queda un vestigio de juventud, mi madre se echa las manos a la cabeza. Esa tardoadolescencia tiene unos componentes más marcados que la adolescencia real. Sabes que no estaría bien ser adolescente toda la vida; sabes que esa transición va a acabar de un momento a otro dejando atrás coportamientos, actitudes.. . No se puede vivir con esa informalidad permanentemente.

-Usted, como muchos periodistas, ¿siempre ansió ser escritor?

-Cuando me decidí a a hacer periodismo era porque me gustaba escribir; pensé que eso era lo importante. Después, vi que valoraban más otras cualidades como conseguir información, moverte en un ámbito... Hace justo un año, tuve tiempo e ideas y las puse en el papel. Cumplí ese deseo retenido desde hace tiempo planteándolo como algo puntual.

-¿Qué siente al escribir ficción?

-Siento que eres el rey. Escribir es estar lo más cerca de un ser superior, creas personajes, los llevas a donde quieres, decides sobre ellos. Es una experiencia alucinante. Como periodista, tenía limitaciones de tiempo, temática... Como escritor, la libertad es absoluta y fue una experiencia muy gratificante en la que yo tomaba todas las decisiones sin consultarlas con nadie.