Cuando la gigantesca ola le golpeó, María Belón sólo pensó una cosa: "Hasta aquí llegó la vida; se acabó". Diez años después, la mujer que inspiró la película "Lo imposible", basada en el tsunami que arrasó el sudeste asiático en 2004, recorre España para contar su historia de supervivencia.
A lo largo de una hora, la protagonista real del largometraje, dirigido por Juan Antonio Bayona, fue desgranando, escena por escena, su trágica experiencia en Tailandia. Aunque para ella ya no es tan trágica. "Si hay algo que agradezco profundamente en la vida es haber tenido la oportunidad de pasar por mi peor pesadilla; con ella descubrí quién era y por qué estaba aquí", expresó ante algo más de un centenar de personas que lloraron con su historia. Ella tampoco pudo contener las lágrimas. De hecho, nunca puede. "Estoy viva y la emoción forma parte de la vida. Si no me emocionase, significaría que esa experiencia ya no está dentro de mí", afirmó. Pero lo sigue estando. Tanto, que utiliza su vivencia para ayudar a otras personas a superar sus adversidades. "Al principio no es fácil, necesitas un período de adaptación, pero lo acabas superando", confiesa. Belón trabajó codo con codo con Juan Antonio Bayona y el guionista Sergio Sánchez para la grabación de la película "Lo imposible", una de las más taquilleras de España, que consiguió además el Goya al mejor director. "Yo estoy muy orgullosa del resultado. Para ello, el equipo tuvo que trabajar duro, pero fue muy bonito", señaló. Pese a la tragedia, Belón asegura ser la misma persona que antes. "El tsunami lo que me dio fue un cursillo acelerado de la vida", manifestó.
La Odisea de Homero. María Belón, a la que da vida en la ficción la actriz Naomi Watts, empezó y acabó su ponencia con una frase del poeta griego: "Cuando emprendes tu viaje a Ítaca, ruega que tu camino sea largo y rico en aventuras y descubrimientos. No temas a los lestrigonios, los cíclopes y al furioso Poseidón". Para esta doctora, el tsunami fue como haber realizado ese viaje a Ítaca. De él aprendió "lo más importante de la vida" y acabó la travesía "más alta, más sabia y más fuerte", como decía el sabio Homero.
"Todos somos supervivientes de un tsunami". La protagonista de "Lo imposible" compara un maremoto con cualquier situación límite que vive el ser humano. De ahí que insista en decir que todos los ciudadanos son supervivientes de una catástrofe. "Vivir es superar tsunamis. A mí me cayó encima una ola de doce metros de altura, pero hay quienes viven constantemente debajo de otras mayores", apuntó, en clara referencia a las víctimas de la crisis económica.
¿Qué se siente cuándo se está debajo de una ola? María Belón percibió "una oscuridad inmensa, un dolor que jamás había sentido, un descontrol absoluto de mi vida, ahogo y la estúpida y humana tentación de pensar: 'Yo no aguanto más'". Pero, según afirma esta mujer, "siempre se puede aguantar más". "La fortaleza que tenemos cada uno de nosotros no es la que decidimos que tenemos, sino la que de verdad tenemos en nuestro interior. Y que suele ser mucha más de la que pensamos", reflexionó. Ella al menos así lo comprobó.
El momento de emerger. La médica madrileña sobrevivió al tsunami, al igual que lo hicieron también su marido Quique y sus tres hijos: Lucas, Tomás y Simón. Pero antes tuvo que vivir un auténtico "infierno". "Cuando emerges sientes soledad; no sabes ni qué hacer. Pero es en ese momento cuando te preguntas: '¿Por qué estoy aquí?'. La respuesta que yo encontré es: para amar la vida, para abrazar todo lo que tengo", relató.
Sentir miedo para ser valiente. Una de las escenas más emotivas de la película "Lo imposible" es cuando Lucas, el hijo mayor de la protagonista, le dice: "Mamá, tengo miedo; nos vamos a morir". A lo que María Belón le contesta: "Yo también tengo miedo. Pero tú y yo no nos vamos a morir". La doctora entiende el miedo "como una mera circunstancia por la que hay que pasar para poder ser valiente".
Vivir es decidir. Belón y su hijo Lucas tuvieron que decidir, tras el tsunami, si subirse a un árbol para evitar que otra ola les separase para siempre o salvar a un niño que estaba pidiendo auxilio. La mujer, según contó, se decantó por la segunda opción y ello le permitió abrir los ojos y saber que en esas circunstancias "todos somos hermanos".
"Qué fácil es ser feliz". Esta frase la pronunció Lucas tras haber ayudado a varios padres a encontrar a sus hijos en el hospital. "Yo la guardo como si fuese mi mayor tesoro y me la repito todas las mañanas", concluyó.
