Los ritmos celtas del gaitero gallego Carlos Núñez no solo conquistaron la prestigiosa Sala Dorada de la Musikverein, uno de los templos mundiales de la música clásica, sino que, literalmente, pusieron al público en pie para bailar. La noche del viernes, el músico vigués cumplió ante un aforo entregado un sueño de infancia: actuar en el mismo escenario desde el que cada año se retransmite al mundo el célebre Concierto de Año Nuevo de Viena.

"Soy de Galicia, la región celta de España", presentó el polifacético músico ante un público que cautivó con una lección de música y de historia, con explicaciones como que la gaita suena desde hace mil años en la esquina atlántica de la península y de allí viajó a las islas británicas. Núñez explicó antes del concierto que la Sala Dorada es una "catedral de la música" y destacó que el concierto tenía un gran significado porque por primera vez los ritmos celtas gallegos, y su símbolo, la gaita, subían a este prestigioso escenario.

El broche a su sueño vienés fue ver al personal en pie. Núñez levantó a la Musikverein.