El 15 de febrero, en el legendario Madison Square Garden de Nueva York, el deporte español vivirá uno de sus grandes instantes, una de esas imágenes que permanecerán en la historia como uno de sus hitos. Dos españoles, dos hermanos, Pau y Marc Gasol, protagonizarán el salto inicial del Partido de las Estrellas que cada año reúne a los mejores jugadores de las dos conferencias de la NBA.

Tras el anuncio de la pasada madrugada de que ambos estarán en los quintetos iniciales de ambos equipos (la primera vez que dos hermanos protagonizan un hecho similar) llegó el momento de la digestión de semejante noticia. Para algunos analistas su presencia supone una especie de colofón a un tiempo irrepetible del deporte español. Estos han sido los años de los triunfos y el protagonismo internacional de Fernando Alonso, Rafa Nadal, las selecciones de fútbol, baloncesto, balonmano, Mireia Belmonte.

El hecho de que sean dos españoles los que cobren un enorme protagonismo en un escenario tan icónico como el del All Star de la NBA convierte el partido del 15 de febrero en uno de esos momentos de enorme simbolismo. Con una de las audiencias más escandalosas a nivel mundial, no existe mejor escaparate para admirar la dimensión de los deportistas y allí, en la primera jugada, estarán los dos pivotes españoles. Es la prueba de la magnitud alcanzada por los Gasol -y por añadidura del deporte español- en la mejor liga del mundo. Nadie se lo ha regalado.

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Pau jugará así su quinto Partido de las Estrellas, el segundo para Marc. El mayor de los Gasol está viviendo en su primera temporada en Chicago una especie de segunda juventud tras haber echado canas con los Lakers en los dos últimos años. Pau, un jugador superlativo que ha cambiado el destino del baloncesto español, está evidenciado de nuevo a sus 34 años su capacidad para revitalizar un equipo. Lo hizo con los Grizzlies en sus primeros años en la Liga estadounidense, logrando llevar a la franquicia de Tennessee por vez primera a la lucha por el título, aunque le quedó clavada la espina de no ganar ningún partido en los play-off, y lo repitió con los Lakers al convertirse en el complemento perfecto de Kobe Bryant para ganar dos anillos.

Si Pau parece haber nacido jugador de baloncesto, Marc ha ido creciendo año a año. Asumió en 2007 el liderato de los Grizzlies tras la salida de su hermano mayor y ha elevado el nivel de una franquicia pequeña y con (mala) fama de débil. Ahora no hay jugador de baloncesto que no tema la defensa de los chicos de Memphis, de sus osos grises, y más en particular del mediano de los Gasol, elegido en 2013 el mejor jugador defensivo de la mejor liga del planeta.

"Me siento orgulloso, por mí y por mi hermano. Estamos en una nube de felicidad", reconocía ayer Pau, que al igual que Marc tiene un título mundial en su palmarés, dos europeos y dos platas olímpicas, pero que ayer alcanzaban la cumbre soñada por cualquier jugador de baloncesto para instalarse en esa nube de felicidad que significa el All Star.

El ala-pívot de los Bulls también tuvo palabras de elogio y admiración hacia su hermano Marc. "Me siento orgulloso de ser el hermano de Marc y me siento orgullo de cómo se ha transformado en un gran jugador de baloncesto y en un gran hombre", destacó.

"Saber que voy a estar frente a mi hermano Pau para el salto inicial, será un verdadero logro de nuestra familia y un recuerdo que atesoraré por el resto de mi carrera", declaró Marc Gasol, a través de un comunicado de los Grizzlies. El pívot del equipo de Memphis también dijo sentir un compromiso con los aficionados y los compañeros del equipo a los que piensa representar en el Partido de las Estrellas. "La elección tiene un significado especial porque ha sido hecha por los aficionados, y espero representar a todos mis compañeros de equipo, a la organización de los Grizzlies, la ciudad de Memphis, a toda nuestra comunidad y a los seguidores que tenemos a través de todo el mundo", subrayó Marc.