Familiares, veteranos periodistas, empleados de banca y compañeros nocturnos del periodista, escritor y columnista José Luis Alvite se despidieron hoy de él en el cementerio de Boisaca, en la capital gallega.

Alrededor de unas doscientas personas acudieron a la ceremonia fúnebre de Alvite, fallecido el pasado jueves tras una larga enfermedad en Santiago de Compostela, donde nació en 1949.

Además de su esposa, Carmen, y de sus tres hijos, fruto de dos matrimonios, acudieron al cementerio de Boisaca varios colegas de su antiguo trabajo en una entidad bancaria, veteranas figuras del periodismos gallego o numerosos compañeros de nocturnidad, con los que solía compartir sus reflexiones.

También destacaron entre los asistentes su tía Pepita, a la que aludió en numerosas columnas, una comadrona de Cambados a la que acompañó en niño cuando ésta acudía a partos, indicaron algunos de sus allegados.

Precisamente, sus restos fueron enterrados cerca de su tía y de su hermano en el citado cementerio por deseo propio.

Destacaron también en la ceremonia el barman Suso y algunos compañeros y compañeras de su alegre vida nocturna compostelana, según algunos testigos.

El polifacético escritor, que durante muchos años compaginó su pasión periodística y literaria con su trabajo como empleado de banca, recibió hace un año el premio periodístico Diego Bernal.

Nieto, hijo y sobrino de periodistas, Alvite es autor de un sinfín de colaboraciones tanto en Faro de Vigo como en otros medios como El Correo Gallego o La Razón.