Después de años trabajando en los mares Camilo Casal Ucha recaló en tierra, decidido, junto a su esposa René Castro, a ofrecer los mejores frutos marinos a los clientes y a hacerlos viajar hacia los sabores únicos que solo las Rías Baixas pueden ofrecer. De esto hace 25 años (inauguraron el 4 de julio de 1989) y desde entonces hasta hoy el restaurante Don Camilo de Sanxenxo se distingue por tener lo más fresco del Atlántico a la mesa lo que, unido a un trato cordial, hace que los comensales se conviertan en amigos y que sean muchos los fieles de dentro y fuera de Galicia que acuden a degustar una cocina caracterizada por su buen hacer.

En este cuarto de siglo Camilo se ha convertido en un experto en empanadas y otras suculencias, además de ser un apreciador de excepción de pescados y mariscos que trae de la lonja. Llevaba la cocina en la sangre y en un momento de su trayectoria vital optó por hacer de su vocación su profesión. Junto a René y con sus cuñados también al frente han querido mantener todos los valores y sabores de la gastronomía autóctona. Recomendado en todas las guías, Don Camilo puede presumir de tener una de las cartas más completas y variadas de O Salnés, así que aquí lo que resulta difícil es la elección.

Empanada de xoubas o de bacalao (una de las especialidades de la casa), pulpo, croquetas de marisco o choquitos en su tinta (otro plato con toque propio) son algunas de las muchas propuestas de un catálogo que ofrece otras degustaciones enxebres, ya sea en forma de pescado, marisco (los grandes protagonistas de un establecimiento que vive pegado al mar) o carnes (famosos son también sus callos o su cocido en invierno).

Años de una vida de trabajo hablan de una fama bien ganada por la calidad del producto y por el trato al cliente, que aquí se siente como en casa. Son muchos los que recalan en este establecimiento para degustar el rodaballo a la plancha o a la gallega, uno de los platos más demandados. Y siempre según la temporada y el mercado, otro tanto ocurre con el bacalao a la brasa, la raya a la gallega o las cocochas de bacalao, una especialidad relativamente joven pero de igual éxito. Además de guisos de merluza, raya, bacalao, rodaballo, rape o coruxo, entre otros.

"Empezamos como bar de tapas, con cuatro cosas recuerda René, después hicimos una clientela fiel que fue demandando más cosas, así que fuimos creciendo poco a poco, con lo que nos pedía la gente". Movidos por la fama que fueron ganando sus sabores auténticos llegaban y llegan comensales de todos los puntos a degustar el variado catálogo de Don Camilo, donde la calidad del producto es premisa indispensable.

El verano es buena época para degustar los suculentos frutos del Atlántico, aunque en este restaurante siempre hay mucho donde elegir en cualquier época. El mejor reclamo es la frescura de la materia prima que Camilo cocina con mimo, lo mismo que René, hábil repostera de una lista tan amplia como apetecible: tarta de queso, filloas, tarta de almendras, trufas, flanes...

No imaginaba Camilo cuando dejó los mares por los fogones que el establecimiento al que bautizó con su nombre se convertiría en lugar de referencia del buen comer gallego. En compañía de buenos néctares , con un protagonismo especial de los albariños.