Un estudio español, en el que participan veinticinco hospitales públicos, entre ellos el Complejo Hospital Universitario de Santiago (CHUS), el Complejo Hospitalario de A Coruña (CHUAC) y el Hospital Universitario Lucus Augusti, ha confirmado que la elevada presencia de una proteína -la lipoproteína-a (LPa)- es un factor de riesgo cardiovascular añadido para los casi 100.000 españoles que padecen hipercolesterolemia familiar, una enfermedad hereditaria que cursa con un aumento de las concentraciones de colesterol, principalmente del llamado colesterol malo (LDL). Este descubrimiento afecta también a otras personas de riesgo, como las que tienen antecedentes familiares de infarto prematuro -antes de los 45 años en hombres y de los 55 en mujeres-.

"Sabemos que el colesterol malo, el LDL, es un factor de riesgo cardiovascular, pero dentro de los pacientes con hipercolesterolemia familiar, para un mismo nivel de colesterol "malo" unos desarrollan enfermedades cardiovasculares y otros no, por lo que sabíamos que tenía que haber otros factores asociados. Desde hace un par de décadas sospechábamos que la lipoproteína-a era uno de ellos, pero este es el primer estudio mundial que por fin pone de relieve la estrecha relación entre esta lipoproteína-a y la aparición de enfermedad cardiovascular", afirma el doctor José Luis Díaz Díaz, internista y responsable de la consulta de lípidos en el CHUAC, uno de los centros que han participado en este estudio, denominado "Safeheart" y cuyos datos han sido publicados en la prestigiosa revista "Journal of the American College of Cardiology" (JAAC).

Según el doctor Díaz, este estudio, que dirige el internista Pedro Mata, presidente de la Fundación Hipercolesterolemia Familiar, tiene como objetivo identificar nuevos factores de riesgo para la población que padece hipercolesterolemia familiar, ya que esta es el principal factor genético de riesgo de infarto. "En diez años de diagnóstico, tratamiento y seguimiento de nuestros pacientes hemos visto que quienes tienen más lipoproteína-a, porque no la eliminen o porque produzcan más, tienen mayor riesgo de infarto y además en edades precoces de la vida. Y saber esto es muy importante porque hay fármacos para controlar el colesterol que están ahora en desarrollo y que son capaces también de disminuir esa lipoproteína-a, algo que los de la actualidad no son capaces", explica el especialista, que insiste en que el colesterol es la principal causa de los accidentes cardiovasculares. "Los ataques de corazón sin problemas de colesterol o triglicéridos son absolutamente excepcionales", afirma el doctor Díaz, que añade que la mitad de la población gallega tiene alguna alteración del colesterol.

En cuanto al diagnóstico de la hipercolesterolemia familiar, explica que se trata de una enfermedad "infradiagnosticada e infratratada". "El diagnóstico se puede hacer con una serie de criterios clínicos, pero el definitivo es el análisis genético y aquí hay que tirar de las orejas a la administración, la actual y las precedentes, porque el Sergas nunca ha incluido en su cartera de servicios el diagnóstico genético de Hipercolesterolemia Familiar, por lo que los médicos que tratamos este trastorno hemos buscado otras fuentes de financiación para poder garantizar el diagnóstico genético estos pacientes. De hecho, en Galicia apenas hay 500 pacientes diagnosticados genéticamente", argumenta.

En cuanto a la prevalencia, aunque no existen estudios poblacionales nacionales, otros realizados en Europa apuntan a que se trata de una enfermedad que afecta a 1 de cada 400 personas, por lo que en Galicia podría haber cerca de 7.000 afectados, aunque esta cifra podría ser incluso mayor. "Hace dos años, iniciamos el estudio Galipemias sobre dislipemias familiares y según los análisis intermedios que venimos haciendo podíamos decir que la prevalencia en Galicia es mayor de la prevista. La población gallega es en cierta medida una población cerrada en el sentido de que ha sufrido poca influencia genética externa, por lo que tiene tendencia a acumular enfermedades de carácter hereditario", explica el médico internista, que apuesta por la prevención.

"Estamos consumiendo recursos en tecnología y tratamientos muy costosos con el objeto de prolongar la vida y disminuir la recurrencia de la enfermedades cardiovasculares cuando una medida más eficiente pasaría por la prevención, el diagnóstico y tratamiento precoces insistiendo de forma importante sobre los hábitos de vida", apunta.