| El festival de títeres de Redondela se despidió ayer de su fiel público después de cinco días en los que los espectáculos se sucedieron por las calles y plazas de la villa de los viaductos y concentraron a cientos de personas ante los pequeños muñecos de hilos. La cita se consolida después de 15 años en los que ha supuesto una semana de color y música. Las calles y plazas del centro de Redondela fueron ayer el mejor escaparate de artistas, músicos y titiriteros llegados de Portugal, Francia e Italia y de España. Títeres tradicionales, vanguardistas, teatro de calle e incluso espectáculos fuera del programa se disfrutaron a fuego lento.