La psiquiatra Graciela Moreschi es la autora del libro "Adolescentes eternos" (Ed. Paidós), en el que reflexiona sobre las causas y consecuencias de esta adolescencia cada vez más larga. En su opinión, influyen principalmente los valores del postmodernismo. "Vivimos en una sociedad más consumista que capitalista, donde los objetos y las marcas son los que posicionan socialmente; a eso se añade la sexualidad, que antes era uno de los motores de la independencia y hoy se vive sin problemas dentro del hogar familiar", apunta.

De este modo, destaca que la adolescencia eterna es más habitual en las familias de clase media y alta. "Los jóvenes eligen darse caprichos y no quieren renunciar al nivel de vida que tienen (coche, tecnología cara, salidas, ropa de marca...) a cambio de su independencia. Quieren irse de casa cuando puedan asegurarse todo esto y eso no es fácil en estos tiempos", destaca.

Esta situación, advierte la psiquiatra, "afecta y mucho" tanto a padres como a hijos: "Los padres se sienten invadidos, incómodos en su propia casa y culpables por las consecuencias que tendría decir "Basta, esta es mi casa". Y los hijos no pueden encarar compromisos afectivos más sostenidos. El padre que pone un límite es aquel que ayuda a su hijo a volar.