Un día después de conocerse la historia de la bebé gigante nacida en Alicante que pesó 6,2 kilos, una mujer llama para revelar su caso: Nació en el hospital Xeral de Vigo con más de 4 kilos y su alumbramiento tampoco requirió cesárea. La mujer, que se identifica como María Simona se muestra contraria a la información que da la clínica de Denia, en la que se refiere que todos los casos de bebés por encima del cuarto kilo y medio en España, vinieron al mundo por cesárea. ¿Dónde está el límite? ¿Qué daños encarna para madre e hijo una maniobra de parto de tal envergadura?

Frente a lo que cabría pensar ante la felicidad popular por el caso de la niña de Dénia, este tipo de partos naturales de bebés 'gigantes' son excepcionales porque conllevan altos riesgos. Además de para la madre, para el propio feto.

Los bebés que pesan más de 4,5 kilogramos se llaman "macrosómicos". El propio jefe de Pediatría del hospital en el que nació la niña de 6,2 kilos, el doctor Héctor Boix, señaló que la recién nacida está ingresada en Neonatología. "Normalmente son bebés que conviene tener vigilados las primeras horas de vida porque les suele bajar el nivel de azúcar en sangre. Son bastante pasivos, que no quieren despertarse ni para alimentarse", ha concretado.

Diferentes porqués

Las causas de los bebés macrosómicos son diversas y pueden incluir desde razones genéticas, obesidad materna, ganancia de peso durante el embarazo a la diabetes gestacional mal controlada.

De hecho, se suelen dar varios casos de fetos macrosómicos en una misma familia, y además las madres que han tenido un bebé muy grande previamente, tienen más riesgo de volver a tener otro. Esa explicación encaja en el caso ocurrido esta semana: La madre ha relatado que se encontraba en la semana 41 de embarazo y que "sabía que el bebé era grande, pero no tanto". "Todos mis hijos han nacido con más de cuatro kilos y medio", agregó, al mismo tiempo que ha asegurado que el parto "ha sido muy sencillo" y sin complicaciones.

El ginecólogo gallego Domingo Vázquez, enseguida alerta de la posibilidad de que se produzca una parálisis braquial (es la parálisis de miembro superior, total o parcial, debida a un traumatismo directo sobre el plexo braquial durante el mecanismo del parto) al atender un alumbramiento de estas características; o de una urgencia por una distocia de hombros (la porción anterior de los hombros no logra pasar por debajo de la sínfisis púbica de la madre o requiere una considerable manipulación para hacerlo. Es decir, una vez sale la cabeza fetal, se dificulta el desprendimiento de los hombros del estrecho canal de la pelvis materna). "Incurrió en muchos riesgos", señala el profesional.

De todos modos, en los registros del hospital Xeral de Vigo se han dado casos de bebés de 5 kilos, aunque por cesárea. Eso es lo que recuerdan los profesionales.

El experto en Ginecología y facultativo José Luis Doval asegura que existe un protocolo de atención exclusivo para los casos en los que el peso del bebé se estima en más de 4,5 kilos. "Cuando se prevé por dos profesionales distintos que el peso del feto ascienda a más de cuatro kilos y medio, se debe de plantear a la madre una cesárea", comenta. El riesgo fundamental se produce en el momento del parto. "Puede darse un parálisis braquial, un traumatismo de hombros", coincide en señalar Doval. También apunta a riesgos para la madre, de desgarros y más complicaciones durante la recuperación.

Luego del parto de un bebé macrosómico, éste tiene que ser controlado porque tiene más riesgo de sufrir episodios incontrolados de hipoglucemia.

Doval explica que el control del peso se realiza a través de ecografía. "En los casos de niños en los que la ecografía estima más de 4,5 kilos, se debe de plantear una cesárea para evitar riesgos". De todos modos, advierte de que esa estimación es variable entre pesos de entre 4,2 y 4,7 y dependerá del final del embarazo. "En este caso, no sabemos si se hizo el diagnóstico previo o la propia paciente fue la que rechazó la cesárea".