-¿Cómo le ha sabido esta medalla compartida con The Chieftains?

-Como un verdadero honor, más aún en un momento en el que no estamos para premios, pero viniendo de mi casa me alegro especialmente. Pero también supone para mí una alegría especial el hecho de que la comparta con The Chieftians, que se haga el esfuerzo de abrirnos, de no mirarnos al ombligo y creer que somos el centro del mundo. El propio Castelao apostó por las conexiones naturales de Galicia con el mundo, especialmente con los países celtas, así que es el espíritu más adecuado.

-¿Qué le pareció la forma en que el presidente pronunció The Chieftains?

-Uf, te confieso que después de más de veinte años tocando con ellos yo aún no lo digo bien y pídele a Paddy que diga "Ñúñes", ja, ja!

-Le entregan el premio, entre otras cosas, por esa labor de llevar Galicia por el mundo. ¿Cómo van sus últimas incursiones?

-Empezamos el año en Inglaterra y Escocia, donde tocamos con los músicos de la Vigo´s Battle los temas que se compusieron en los barcos durante la Batalla de Rande. Una semana después de la batalla, esos músicos llegaron a Londres y desembarcaron junto al Palacio Real. La Reina les esperaba con una fiesta y allí se cantaron esos temas que hablan de Vigo. Desde entonces, no se habían vuelto a interpretar, por eso fue impresionante volver a hacerlo en este concierto, en el Queen Elisabeth Hall, con los músicos barrocos del Teatro de Shakespeare... Pensábamos que el público sería inglés, pero emanó un orgullo patrio inesperado y resultó que la mitad del público era gallego, muchos de Vigo. Dos meses después, de gira por Alemania, sucedió exactamente lo mismo.

-El análisis del público en sus conciertos puede ser un buen termómetro del aumento de la emigración de los jóvenes de Galicia.

-Es emocionante porque quién sabe si esos jóvenes no serán los protagonistas de la Galicia futura. Me encanta tras los conciertos quedarme hablando con ellos y les veo muy conscientes de lo que significa su ciudad. Mi esperanza es que cuando se estabilicen puedan desde fuera ayudar a levantar el país en cuerpo y alma, como hicieron sus abuelos y bisabuelos. Los gallegos y sobre todo los vigueses no son nómadas en el mundo, como ocurre con los norteamericanos, sino que mantienen el cordón umbilical secretamente conectado.

-Y en ese continuo "vender" a Vigo por el mundo. ¿Cómo se recibe?

-Primero decir que nunca he sentido esto como si fuera un trabajo, sino como una misión. Llevamos en la publicidad de las giras siempre fotos mías en distintos enclaves de la zona y nuestra sorpresa es que las imágenes que más les apasionaron, por ejemplo en la gira de Estados Unidos, no son las maravillosas de las playas de Cíes, sino otras como la de la capilla románica de Castrelos.

-Parece que al otro lado del Atlántico valoran más nuestros tesoros.

-Los viajes te ayudan a ver tu propio país como un adolescente que aún se está conociendo a sí mismo e ir descubriendo lo que funciona y lo que no.

-¿Y le falta mucho a Vigo para saber turísticamente lo que funciona y lo que no?

-París conoce perfectamente sus posibilidades; San Francisco o Nueva York confiesan que son un parque temático de sí mismas, pero Vigo aún está en una etapa adolescente. Por otra parte es un momento apasionante el ir descubriendo lo que funciona de nuestra tierra, que es mucho más de lo que pensamos. Mucha gente, como mi amigo Paddy Moloney, de The Chieftains, dice que le encantaría venir a vivir a Vigo aunque ganase menos dinero.

-Nuestro aeropuerto no recibe ayudas, el puerto pasa a ser de segunda categoría... Quizás no contamos con el suficiente apoyo para despegar.

-Yo creo que no hay que esperar a que nadie nos salve y Vigo aprendió la lección hace mucho tiempo. Hasta ahora Vigo ha crecido por sí misma y es de lo que más orgullosos podemos estar y es el secreto para que sea una ciudad libre. El victimismo no es bueno y a veces te sorprende que otras ciudades piensen lo mismo, desde su propia perspectiva. Vigo tiene un espíritu indómito para lo bueno y para lo malo y es una ciudad emprendedora.

-¿Alguna idea práctica?

-Pues mira, así de primeras pienso en los cruceros que recorren países celtas y podrían pasar por Vigo. Por otra parte, las canciones de amor más antiguas del mundo, las de Martín Códax, están en Nueva York y nosotros no hemos aprendido a sacarles provecho... La palabra mágica es espabilar.

-¿Cuándo volverá a tocar en Galicia?

-Me encantaría tocar más en casa y en agosto daremos un gran concierto en Galicia, aunque de momento no puedo adelantar más. También en navidades planeamos una gira por teatros de toda España y, por supuesto, estará Vigo.