La alergia de contacto a uno o varios alérgenos afecta ya a una de cada cinco personas en los países desarrollados y está considerada una de las epidemias del siglo XXI. Se trata, por tanto, de un problema sanitario de primera índole, que provoca en quien la padece un importante deterioro de la calidad de vida y que en muchas ocasiones imposibilita también el desempeño de su actividad laboral. Juan García Gavín, responsable de la Unidad de Alergia de Contacto del Servicio de Dermatología de Vigo, se ha encontrado con muchos casos así desde que comenzó a funcionar dicha unidad.

"El eczema de contacto afecta a la calidad de vida del paciente, y en muchos casos también a su trabajo, por lo que es un problema laboral importante", afirma el dermatólogo. Como ejemplos, peluqueros que han desarrollado sensibilidad a algún componente de los productos que habitualmente emplean, como tintes y lacas, albañiles con intolerancia a metales como el cromo, presente en materiales de la construcción como el cemento, y personal sanitario con alergia a la metilisotiazolinona, un conservante presente en productos de higiene personal, limpieza industrial y bricolaje. "De los profesionales de la sanidad a quienes hemos realizado la prueba de sensibilización a la metilisotiazolinona, 26 han dado positivo", asegura el médico, que asevera que la hipersensibilización a esta sustancia química es muy significativa en Vigo, según la experiencia de la Unidad de Alergia de Contacto, en Coia, por la que han pasado ya más de medio millar de pacientes, niños y adultos.

"La alergia a esta molécula en España tiene una prevalencia del 6 por ciento y es el cuarto alérgeno en importancia. Sin embargo, la prevalencia en Vigo se aproxima al 15% y es el segundo alérgeno en importancia, y la tendencia es a que aumentará si continúa empleándose como conservante", advierte el especialista, que presentará estos datos en la reunión que celebrarán en Vigo la Red Española de Vigilancia de Alergia de Contacto y el Grupo Español de Investigación en Dermatitis y el próximo mes de septiembre.

Solo hay un tratamiento posible contra la alergia de contacto: evitar la exposición a la sustancia o sustancias que la provocan, algo que en muchos casos resulta complicado, especialmente si se encuentra en el entorno laboral. Sin embargo, cuando la prevalencia de la sensibilización a una sustancia es muy elevada, la directiva europea de cosméticos limita o termina prohibiendo su uso. Por ello son importantes los datos epidemiológicos que arrojan las unidades como la de Vigo. "El consumidor puede estar tranquilo, aunque las alergias existirán siempre", afirma.

En su consulta, el doctor Gavín informa a los pacientes de los alérgenos que deben evitar, aunque para llegar a este punto, primero hay que desarrollar un trabajo a veces casi de detectives. "Las pruebas incluyen un modelo estándar con los 34 alérgenos más frecuentes y las sustancias con las que está en contacto el paciente y que trae él mismo por indicación del médico", detalla Mari Luz Avendaño, una de las cuatro enfermeras encargadas de realizar estas pruebas.

Estos posibles alérgenos resultan de la entrevista personal que el dermatólogo tiene con cada paciente, y que es el primer paso hacia el diagnóstico, aunque en ocasiones el doctor Gavín tiene que ponerse en contacto con el fabricante de un producto para conocer su composición o incluso desplazarse hasta el lugar de trabajo del paciente para averiguar la sustancia a la que ha desarrollado hipersensibilidad. Pero, aunque reconoce que a veces determinar qué ocasiona la alergia a un paciente supone un rompecabezas, al final siempre dan con la respuesta.