El colegio donde cursaba el niño que fue agredido en Vigo por un compañero y que lleva casi dos meses sin acudir a clase porque sus padres sostienen que sufre acoso escolar habló ayer por primera vez ante los medios para denunciar que los padres "han sacado las cosas de quicio ante lo que fue una simple peleílla de niños de 10 años". Destacan, además, que el menor "fue a clase normalmente los dos días siguientes al conflicto, incluso a clase de gimnasia". El Santa Cristina, en Lavadores, asegura que el centro está sometido a un "boicot" que se traduce en numerosos correos "que promueven que se retire a los niños del colegio y que no se matricule a nuevos".

El próximo 20 de mayo, el padre del menor, Guillermo Castro, ha sido requerido a un acto de conciliación con el centro en el que se le pedirá "que se retracte sobre todas las calumnias que ha vertido en los medios de comunicación sobre el colegio y, si no lo hacen, seguiremos el procedimiento con la querella criminal", advirtió uno de los abogados del colegio, Luis Tojeiro.

Los padres insisten en que hubo acoso escolar ya que además de la agresión del 13 de marzo, hubo otras dos. El centro, por su parte, niega tener esos otros partes médicos a los que se refiere la familia. Mientras tanto, la Xunta ha reiterado su negativa al cambio de colegio en este curso que solicitó la familia del menor al coincidir con el centro en que no se trata de un caso de acoso escolar, sino de un problema puntual. En el documento, con fecha de 7 de mayo, la Xunta considera que no ha habido acoso escolar y que el traslado, tanto del niño como de su hermano menor -los padres solicitaron el cambio de ambos- "no es procedente pedagógicamente".

Los abogados del centro destacaron además el "impecable" comportamiento que en todo momento tuvo el centro que "solo dos horas después del conflicto" ya estableció el castigo oportuno al otro menor, "no el castigo que piden los padres, que no son quién para ello, sino el que indica la Ley de Convivencia", apuntó Jacobo Tojeiro.