Te apuesto lo que quieras a que los carnavales de este año acogerán una disputada pelea entre algunos disfraces llamados a ser los más demandados por quienes gustan de estas fiestas de la simulación. Por ejemplo, el disfraz de sobre. Incómodo para los que pasen cerca: mucho borde amenazador. Por supuesto, con el añadido de algunos billetitos asomando la cabeza un poco. Sólo un poco, que es pasta B. Otro disfraz de moda: un duque empalmado. ¿Cómo se sabe que es un duque? Se pone sobre la cabeza la placa desatornillada de una calle y todo el mundo se hace una idea. Más: un disfraz de ministra con las manos llenas de globos, confeti y un bolso Vuitton. ¿Cómo se sabe que es ministra? Elemental... Un disfraz con muchas posibilidades: el de libretita con anotaciones, aunque también tiene muchas papeletas el de monitor de televisión con la cabeza de un presidente dentro. Y, para el final, un disfraz que dará mucho juego:_el de máquina tragaperras que echa humo, quizás de la mano de una ex dirigente regional repartiendo recetas a un euro.