Nicolas Porte decidió en 1986 dejar la arquitectura para centrarse en su, entonces, nuevo proyecto vital: poner en marcha un coro de niños en Lyon, sueño que solo pretende abandonar cuando se jubile. Cientos de pequeños han pasado por el mismo desde esa fecha; algunos, incluso se han hecho famosos tras aparecer y grabar la banda sonora para la película Los chicos del coro. La coral retorna a Galicia donde actuarán el día 13 (viernes) en el Auditorio Mar de Vigo a partir de las 20.10 horas.

–¿Por qué han incluido repertorio de los Beatles para esta gira?

–Hay varias razones. La primera es que es el 50 aniversario del nacimiento de los Beatles y, de esta forma, es una manera de festejarlo. La segunda es que recuperar esas canciones supone un trabajo muy interesante porque, para los niños, ese grupo forma parte del patrimonio musical, por lo tanto, es importante que ellos conozcan esa música.

–Además del tributo a la banda británica, el repertorio incluye también música sacra pero ¿cantarán los temas de la película Los chicos del coro?

–Por supuesto. De los Beatles, ofreceremos algunas canciones y, después, habrá una parte de música sacra y clásica; más otra parte con las canciones del filme. En total, serán 25 temas.

–¿Cuántos niños y niñas solicitan entrar en el coro al año?

–Este año, lo pidieron 45 y después elegí entre 15 y 20.

–¿Qué busca usted en ellos?

–Por una parte, la motivación del pequeño; por otra, la calidad de la voz y si la personalidad encaja en el grupo ya que este coro viaja mucho. Pero lo más importante es la motivación.

–No sé si muchos niños abandonan el proyecto por cansancio o por otras cuestiones.

–Muy pocos... uno al año. Se trata de niños frágiles que no aguantan las largas giras.

–¿Qué problemas afrontan?

–No se trata de problemas sino de prestar atención al equilibrio entre la vida de la familia, en la escuela y en el coro.

–La psicología será fundamental en la coral.

–Sí, por supuesto. Cuando se trabaja con niños es muy importante la psicología para trabajar la motivación y saber por qué está cansado, qué le ocurre. Es el mismo trabajo que se hace en las grandes familias.

–Respecto al día a día, ¿trabajan muchas horas?

–Cada día, más o menos dos horas. Después, estudian en el colegio.

–Antes hablábamos de abandono, de dificultades... ¿qué es lo más difícil a la hora de preparar a un

cantor?

–Lo más difícil es mostrar el trabajo riguroso. A los niños, les gusta mucho cantar; para ellos, es como una actividad lúdica que finalmente se convierte en seria. Hace falta que aprendan eso: que para cantar bien se necesita efectuar un trabajo serio.

–He leído que, tras cinco años en la coral, los niños deben dejarla. ¿Cómo los prepara para ese adiós y para el cambio de voz que algunos sufren?

– Sí, tras cinco años, deben dejarla, cuando cumplen 15 años cambian a otro coro de mayores. En cuanto a lo otro, hay que hablar con ellos, explicarles que ese cambio forma parte de la vida. Es como cuando estás en el colegio. Primero, estás en Primaria, después pasas a Secundaria... En el coro, pasa lo mismo, el coro cambia de gente, cambia de orientación... Yo les explico que la vida es así, que es lo natural.

–Desconozco si el coro recibe subvenciones de las administraciones.

–No muchas, más bien bastante pocas. El coro vive, principalmente, de las giras y los conciertos. Como hay crisis, los conciertos ahora son más baratos que antes.

–¿Tiene miedo de que este sueño (el éxito de la coral) acabe algún día?

–No porque el problema no es saber si vamos a tener o no éxito. Por ejemplo, nadie sabía que Los chicos del coro iba a tener el éxito que tuvo. La coral ya existía antes del film y ha seguido existiendo. Hoy, no se reduce solo a la película sino que es una coral que canta en todo el mundo. Por eso, no estoy preocupado.

–¿Se imagina fuera del coro?

–Solo cuando me jubile (risas). Dentro de unos años.

–¿Por qué dejó la arquitectura?

–Cuando me propusieron ir a Lyon a dar clases de música, propuse crear este coro. Fue un proyecto musical que me pareció interesante. Por eso, decidí dejar la arquitectura, porque no me dejaba tiempo suficiente para esta coral.