Los trastornos alimentarios, las lesiones físicas derivadas de conductas impulsivas, los trastornos por el fracaso escolar o psiquiátricos, la nutrición, la vacunación y la anticoncepción son algunos de los problemas que presentan características especiales en pacientes adolescentes. Un centenar de profesionales se reúnen en Santiago desde ayer en el XXI congreso de la Sociedad de Medicina de la Adolescencia (SEMA).

–¿Pediatra o médico para adultos? ¿Dónde se atienden mejor los problemas de los adolescentes?

–Ese es el problema, que nuestro sistema sanitario no está tratando adecuadamente a los adolescentes. Debería de haber unidades de atención especiales para ellos en los centros de salud para solucionar sus problemas específicos. A muchos pediatras no les gusta atender a los adolescentes, son pacientes complicados, pero para otros resulta muy atractivo.

–¿A qué edad diría que comienza la adolescencia?

–Hacia los 11 años y dura hasta los 19. La adolescencia ha cambiado mucho en los últimos años; los de mi generación, a los 14 años éramos unos niños mientras que ahora tienen problemas ya de adultos.

–¿Cuáles son los problemas más específicos de esta etapa?

–Los problemas más típicos en la adolescencia son los físicos corporales como esguinces o traumatismos derivados de la impulsividad de los jóvenes, así como los trastornos psicosociales. Los cambios físicos comienzan en la pubertad y suelen ir acompañados de cambios de humor. En principio son conductas normales, pero a veces se vuelve anormales, como cuando se vuelven agresivos con sus padres.

–Uno de los talleres que imparten en este congreso es sobre "escucha activa". ¿Cuál es la manera adecuada para escuchar y conversar con un adolescente?

–Los médicos tenemos que saber escuchar a los pacientes y esa escucha tiene que ser activa para conseguir detectar problemas ocultos. Especialmente los adolescentes vienen muchas veces a la consulta por un problema físico y, al final, resulta que el verdadero problema es una depresión. Para conseguir que un adolescente te cuente sus problemas hay, lo primero, que dirigirse directamente a él y no a sus padres y tener mucha mano izquierda a la hora de plantearle las preguntas, además de no entrar en temas morales.

–¿Y el tema de la contracepción, cómo tratarlo con los adolescentes?

–Yo en la consulta, desde los 14 años, les pregunto siempre de una manera delicada si han tenido relaciones sexuales. Hay que educarlos sin dramatismos y sin visiones politizadas. Son temas que los médicos tenemos que abordar para evitar embarazos no deseados.

–¿En qué temas están los pediatras más perdidos para tratar a los adolescentes?

–En los problemas psicológicos menores, que no necesitan del psiquiatra. Y especialmente en los trastornos psicosociales, que en los últimos años han aumentado mucho. Entre ellos se encuentran los derivados por el ciberacoso, que también vamos a tratar en el congreso, porque los médicos tenemos que estar atentos a los que ocurre en el mundo de los chavales.

–¿Cómo se revela el ciberacoso en la consulta?

–A nosotros nos llegan las consecuencias de ese acoso: el joven que llora a menudo, con falta de apetito, pocas ganas de hacer cosas... una depresión que, en ocasiones, proviene de que le han acosado en las redes sociales.