Son gallegos, se hacen llamar Brothers in Band, como guiño a uno de loas mejores temas y discos de Dire Straits (Brothers in arms), y clavan el sonido y la puesta en escena del grupo de Mark Knopfler, uno de los más populares de la década de los 80. Esta noche actuarán en la sala Capitol de Santiago y mañana lo harán en el Centro Cultural NOvacaixagalicia, recreando la formación de nueve músicos que actuó en Vigo hace veinte años, durante la gira del álbum 'On every street'.

Pocos conciertos han sido tan memorables para los vigueses como el que ofreció Dire Straits en el estadio de Balaídos el 20 de agosto de 1992. Los afortunados que pudieron asisitr nunca olvidarán el grandioso sonido de la banda de Mark Knoplfler y sus eternas canciones, pero incluso los vigues que no asistireron lo recuerdan, por culpa del formidable colapso de tra´fico que se organizó en la ciudad olívica.

A Óscar Rosende, el lider de Brotehrs in Band y apodado en el mundillo como "el Mark Knopfler gallego", le gustaría tener una máquina del tiempo para vivir aquel memorable recital. "Es una espina clavada", lamenta este visitador médico de profesión, que el día de autos tenía 10 años. "Fue la mejor gira de Dire Straits, y todo el mundo recuerda aquel día aquel día lluvioso en el que dejó de llover cuando sonó 'Calling Elvis', señala Rosende, en referencia a la primera canción de aquel concierto, inmortalizado en el álbum 'On the night' (1993).

Óscar Rosende es un guitarrista y vocalista que ha conseguido recrear a la perfección el peculiar estilo –pulsando las cuerdas con tres dedos, sin púa– y el tono de Mark Knopfler, considerado uno de los mejores guitarristas de rock de la historia. Fue su devoción por Dire Straits lo que le impulsó a aprender a tocar la guitarra de forma autodidacta.

No solo imita a la perfección la forma de tocar de Knopfler y su timbre de voz, también utiliza los mismos modelos de guitarra del músico escocés. "Una de ellas la estrenaré este viernes [por hoy] en Santiago". Se refiere al modelo con el que Knopfler tocaba "Calling Elvis", una "superstrato" construida por un lutier en EE UU, y cuyo precio ronda los 6.000 euros. "Es el mismo lutier que le hizo la guitarra a Mark Knopfler –apunta–, le di las mismas especificaciones, con pequeñas modificaciones milimétricas para mis dedos, pero con idénticas maderas, lacados...".

Además de esta guitarra (cuyo modelo original se puede ver en la foto de la página siguiente, tocada por Mark Knopfler en Balaídos), Rosende lleva de gira otras siete, incluyendo guitarras resonadoras (tipo dobro, como la utilizada en "Romeo and Juliet"), una clásica (para el tema "Private investigations"), Telecasters, Gibson Les Paul (las que suele emplear Knopfler actualmente) y Fender Stratocaster. Una de ellas, roja y blanca, el modelo más característico de los inicios de Mark Knopfler, se la firmó el propio guitarrista británico al líder de Brothers in Band cuando éste vio por primera vez en directo a Knopfler y tuvo la oportunidad de conocerle personalmente, en 2001.

Aunque los solos de guitarra serán los protagonistas, los Brothers in Band cuentan en este espectáculo con una formación de nueve músicos "única en Europa", que incluirá, además, guitarra rítmica, bajo, batería, dos teclistas (piano y órgano Hammond), un intérprete de "pedal steel" y un saxofonista, que además se encargará de la flauta.

En el Teatro Novacaixagalicia tocarán en total diecinueve temas a lo largo de dos horas y media, interpretando cuatro temas más que los que solía ofrecer Dire Straits en aquella gira memorable.

El repertorio de Dire Straits está lleno de retos para cualquier guitarrista, con solos tan rápidos y complicados como los de la emblemática "Sultans of swing", "Tunnel of love" o la archiconocida "Money for nothing". Sin embargo, Óscar Rosende asegura que el tema que más le costó dominar fue "Telegraph road", del álbum "Love over gold" (1982), y que en algunas versiones se alargaba hasta casi los 14 minutos. "Es el mejor tema, el más completo, y todo un examen, y no porque sea la canción más rápida –explica el músico–. Es como una narración constante, rock sinfónico armónicamente muy bien construido, y tengo que estar mucho más concentrado al tocarla".

Todo empezó con una reunión de cuatro amigos en A Coruña. Rosende, que ahora tiene 30 años, nunca pudo ver a los Dire Straits en directo –sí vio a Mark Knopfler varias veces–, porque aquella gira de "On every street" que arrancó en 1991 fue la última de Dire Straits. Tal vez para compensar esa carencia formó un cuarteto que ahora se ha visto ampliado a nueve miembros, más cinco técnicos de sonido, que se ocupan de ajustar los amplificadores en concierto para que cada canción suene como la original.

Tal es la fidelidad que alcanzan que uno de los teclistas habituales de Dire Straits y Mark Knopfler, Guy Fletcher, confundió las versiones de Brothers in Band con las canciones originales. "Fue en Granada, en 2008 –recuerda el músico gallego–. Se organizó una fiesta después del concierto de Mark Knopfler y tocamos temas clásicos de los inicios de Dire Straits. Comenzó a salir gente de dentro del recinto. Cuando nos enteramos de que estaban por allí Guy Fletcher y el manager de Mark Knopfler pensamos que la habíamos liado". Todo lo contrario. Fletcher y el manager escucharon la música por megafonía y pensaron que se trataba de un disco de Dire Straits. Cuando se dieron cuenta de que era una banda de tributo la que tocaba, Fletcher felicitó personalmente a los músicos gallegos y luego contó la anécdota en su web. "Se nos hincha el pecho al recordarlo", reconoce Rosende.

Este encuentro sirvió también para confirmar la bendición de Mark Knopfler a Brothers in Band, despejando cualquier duda legal. "Si Knopfler y Universal Music nos reclamaran derechos de autor, estarían en su derecho de hacerlo –admite Resende–. Universal y el manager de Knopfler saben que tocamos sus canciones y no nos cobran. Pero la SGAE sí que nos cobra. De hecho nos cobraría aunque las canciones las hubiéramos escrito nosotros", subraya.

En solo tres años, Brothers in Band ha ofrecido más de 70 conciertos en toda España, algunos en lugares tan emblemáticos como el Kafé Antzokia de Bilbao, la Sala Heineken de Madrid y el Teatro Rosalía de Castro (donde grabaron un DVD) y la Plaza de María Pita de A Coruña. Se da la circunstancia de que Dire Straits es el grupo favorito del presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, aunque a Óscar Rosende no le consta que haya acudido a alguno de los conciertos de la banda de tributo gallega.

En el auge de las bandas de tributo –Queen, Stones, Guns N´ Roses y U2 tienen también las suyas–, y en plena crisis, triunfa la nostalgia de Dire Straits. Tal vez porque su nombre significa, literalmente, "horribles estrecheces".