La evolución de los valores de la sociedad ha conducido ha un aumento de los trastornos de personalidad. y un porcentaje preocupantemente alto de los afectados, en torno al diez por ciento se suicidan. Y nueve de cada diez personas que se suicidan lo han verbalizado antes de un modo u otro". Eso dijo ayer la psicóloga Dolores Mosquera en la charla que, sobre "Los trastornos de la personalidad", dio en el Club FARO.

Presentada por Germán Medina, presidente de la Asociación Gallega de Trastornos de la Personalidad. Una idea central de esta experta es que "los trastornos límites de la personalidad generan mucho sufrimiento para las personas que los padecen de las que, de un modo muy simplista, se tiende a hablar como manipuladoras." Para Mosquera no existe enfermedad mental más calumniada y más erróneamente malinterpretada que esta. y uno de los mitos sobre ella es que son manipuladores. "O eso de que el que lo dice, no lo hace".

¿Qué signos presentan estos pacientes? "Una persona con trastorno de la personalidad presentará unos esquemas cognitivos que no permitirán una relación normalizada con los demás ni un autoconcepto adecuado. Se considera que existe un trastorno de personalidad cuando la forma de percibirse de uno mismo, de relacionarse con los demás y de pensar acerca de las diferentes situaciones que surgen en su vida causan un deterioro relevante en su calidad de vida".

Según esta psicoterapeuta, en general se puede decir que en estos afectados la "forma de ser" limita las posibilidades de desarrollo de la persona y su manera de relacionarse con los demás. Para pensar en un TP los "rasgos" imprescindibles para su reconocimiento clínico deben de ser de larga duración (años), intensos, inflexibles y producir un malestar y sufrimiento en la vida de las personas que los poseen (y/o en algunos casos, en las de las personas que les rodean).

Diagnóstico

El DSM (Manuel de Diagnóstico de los Trastornos Mentales) divide según la profesora los Trastornos de la Personalidad en los siguientes grupos: Un grupo A , que "es el de los sujetos extraños o excéntricos, personas que serían introvertidas, mal socializadas, desajustadas emocionalmente e independientes. El grupo B es el de los Sujetos Teatrales y/o impulsivos, que son los que se caracterizan por ser extrovertidos, mal socializados, desajustados emocionalmente y dependientes. Y el Grupo C, por su parte, sería el de los Sujetos Ansiosos o Temerosos e incluiría desde la hipersensibilidad al rechazo, a la humillación o la vergüenza y el retraimiento social a pesar del deseo de afecto a la pasividad para que los demás asuman las responsabilidades y decisiones propias pasando por el perfeccionismo, obstinación, indecisión, excesiva devoción al trabajo y al rendimiento...

"Aunque existen diferentes grupos, tipos y subtipos de trastornos de la personalidad –dijo Mosquera– y dentro de éstos encontremos diferencias que en muchas ocasiones se deben a los rasgos propios que presenta cada persona, la realidad es que también encontramos similitudes. Es decir que, aunque puede y suele haber diversidad en cuanto a los síntomas, solemos encontrar una problemática similar en muchos de ellos".

Respecto a esta problemática común dijo la psicóloga que tienen dificultades persistentes para plantearse objetivos asequibles, realistas y/o adaptados a la situación en la que se encuentra el paciente, y también para identificar y hacerse conscientes de sus propias dificultades y asumir responsabilidades en algún área relevante de su vida".

Cada vez se acepta más que los TP son variaciones acentuadas de una personalidad "normal", afirmó Mosquera. "Las dificultades que experimentan las personas con TP suelen haberse iniciado a edades tempranas y por lo general se han convertido en una ´parte de ellos´, manifestándose a lo largo del tiempo y muchas veces. Y es fundamental tener en cuenta la individualidad, la singularidad de cada persona y, por supuesto, la complejidad del tema".