"Don Juan Carlos, apoyado en esto por Doña Sofía, no piensa abdicar ni abdicará salvo que sus condiciones físicas se lo impidan. Los príncipes tendrán que esperar, les guste o no. Y el rey lo seguirá siendo de todos los españoles por el bien de este país". Eso dijo ayer en el Club FARO el periodista Jaime Peñafiel que, si bien dijo que no era monárquico (ni dijo lo contrario), afirmó que "soy juancarlista hasta la muerte".

Presentado y entrevistado ante el público por la periodista Lucía Trillo, el especialista en Casas Reales (cuyo último libro en La Esfera de los Libros es "El rey no abdica"), comenzó hablando de la salud real y de expectativas de futuro, aunque matizó con sonrisa irónica y sin pretender que le entendieran literalmente que, "con tanto cambio, en unos años a lo mejor no existe aquí monarquía o, por no existir, ni España existe como nación. Pero por ahora podemos decir que en Europa existen 10 monarquías, 9 de ellas tienen príncipes herederos, todos están en expectativa de destino y ninguno ha mostrado prisa por ser rey".

Un grupo de presión. Y es que, según él cree, "cada vez que el rey tiene un accidente o un problema de salud sale alguien planteándose el tema de la abdicación. Sospecho que hay un grupo en torno a los Príncipes que presiona o conspira para ello pero carezco de toda prueba". Peñafiel piensa que continuamente esos grupos afirman que los príncipes ya están preparados para reinar. "Es un rumor interesado por parte de quienes reavivan sin cesar la llamada operación hijo"– dice–. El periodista puso como ejemplo para demostrar esta presión la entrevista que sacó la revista Vanity Fair sobre los Príncipes de Asturias –que señalaba a Doña Letizia como el flotador de la monarquía y recogía que el heredero estaba preparado para ser Felipe VI–. Según dijo, se prohibió a sus autores presentarla como entrevista. "Pero estos tuvieron la honestidad de decir –matizó– que se realizó a partir de unas conversaciones con los Príncipes y su círculo. Ahí se desvelaba que el entorno tuvo mucho que ver. Lo tuvieron que disfrazar de reportaje"

Mala salud de hierro. Jaime Peñafiel insiste en que Don Juan Carlos se encuentra "perfectamente" y basa su fe en que "el Rey morirá con las botas puestas", entre otras cosas, en una tradición de las monarquías europeas –"en 100 años han abdicado únicamente dos reyes"–. El Rey está perfectamente, tiene un problema de abductores que le impide andar bien. "Ahora –dice– hay transparencia informativa con las operaciones de Don Juan Carlos, pero nadie se lo cree porque nunca la ha habido en dos temas; el de su salud y el de su dinero. La misma política se siguió en el momento de dar el alta a Don Juan Carlos con su última intervención, con todo el mundo pensando que era un cáncer fatal. Se cometió un error para demostrar que el Rey era un superhombre. Se le dio el alta demasiado pronto".

Sobre el pasado. Refiriéndose a la princesa Letizia, afirmó que "yo creo que hay que respetar el pasado de todo el mundo pero, como dijo el conde de Barcelona, padre del rey, una reina no puede tener pasado. Cierto que la monarquía, que es una institución medieval, necesita modernización pero lo que no nos gusta a muchos es que se vulgarice y se iguale por abajo". Peñafiel afirma que al rey "se le cayeron los palos del sombrajo" cuando supo que su heredero iba a contraer ese matrimonio, no por ser ella periodista, ni siquiera por ser de origen plebeyo (su abuelo taxista, su abuela pescadera y su madre sindicalista de izquierdas) sino por ser mujer divorciada de apasionado pasado sentimental

Doña Letizia otra vez. De Doña Letizia dice que "actúa como la titular sin serlo, e intenta ser más lista que nadie, más inteligente que nadie y más elegante que nadie. Y todo eso sobra, aunque reconozco que ha hecho del príncipe, antes distante, antipática, malcriada, alguien próximo, amable y más asequible".