El Gobierno aprobará en marzo del año que viene una Ley de Cuidados Paliativos y Muerte Digna para garantizar los derechos de los pacientes en situación terminal, según lo anunció ayer el vicepresidente primero y ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, quien precisó que "no es una ley de eutanasia".

Rubalcaba detalló que es una ley a la que "dan mucha importancia" ya que permitirá a cualquier ciudadano "tener el derecho a morir dignamente, que es tanto como decir morir sin dolor cuando la ciencia médica permite que así sea". Además, reconoció que "todo el mundo puede entender esta ley" porque "casi todo el mundo ha tenido alguna situación de la naturaleza que va a regular". El vicepresidente primero del Gobierno asegura que garantizará los derechos del paciente "por supuesto", pero también los de los familiares y los médicos, insistiendo en diferenciar estas situaciones de la eutanasia porque ésta "es una decisión de alguien que sencillamente por la razón que quiera decide morirse".

El anuncio ha sido recibido como reconocimiento de "derechos" por unos sectores sociales y una eutanasia encubierta por otros, mientras que ámbitos médicos han pedido que se consulte a los expertos para redactarla.

La organización Derecho a Vivir interpreta que el Gobierno "quiere colar la eutanasia por la puerta de atrás" y, en su lugar, debería "dotar de más y mejores medios" para que funcionen la ley de dependencia y los servicios de cuidados paliativos.

Por su parte, la Asociación Nacional de Defensa del Derecho de Objeción de Conciencia cree innecesaria la nueva norma por existir otras como la Ley de Autonomía del Paciente, de 2002; y la Conferencia Episcopal esperará a conocer los detalles del proyecto.