La historia del mayor incensario del mundo, el botafumeiro, símbolo de la catedral de Santiago de Compostela y cuya oscilación es contemplada anualmente por miles de peregrinos, se desgrana en el libro "El botafumeiro de Compostela".

La obra es el resultado de un trabajo de investigación realizado por el escritor y periodista Félix Pacho, quien explica con detalle la forma y el fondo de este elemento catedralicio construido en hierro y bañado en plata.

Con una medida de 90 centímetros, un peso de 80 kilos y una velocidad de desplazamiento de entre 60 y 65 kilómetros por hora, en su recorrido entre la puerta de Azabachería y la de Platerías de la Catedral, el botafumeiro utiliza aproximadamente un kilo y medio de incienso, mayoritariamente arábigo, cada vez que es lanzado en el templo.

El Rey Juan Carlos, Francisco Franco, los papas Juan XXIII y Juan Pablo II, o el presidente de la República francesa Charles de Gaulle (1958-1969) han sido algunas de las personalidades que han tocado este incensario, que cuenta con cuatro réplicas en el mundo.

Una de ellas, se encuentra expuesta en la sala de trofeos del Real Madrid, club que la consiguió en 1970 tras imponerse al Athletic de Bilbao en un torneo denominado Trofeo Año Santo.

Otra de las curiosidades históricas que recoge la obra de Pacho es que el botafumeiro se ha caído a lo largo de la historia en cuatro ocasiones con el templo santiagués lleno de fieles y en fechas religiosas señaladas, aunque nunca ha herido a nadie.

En uno de ellos, documentado en 1937, en plena Guerra Civil española y con una Santiago de Compostela en manos de las tropas sublevadas, se pensó que este suceso se debía a un atentado, aunque posteriormente se descubrió que no fue así.

Pacho se muestra convencido de que el botafumeiro es seguro y recuerda que el actual está construido principalmente en hierro y no en plata, como antiguamente, para evitar que se desgaste, y está sujeto por una maroma de 7 centímetros de grosor que "podría amarrar incluso un transatlántico".

Editado por Puente de Letras Editores, "El botafumeiro de Compostela" explica también la labor de los "tiraboleiros", trabajadores del templo encargados de desplazar el incensario. Todos ellos controlan el movimiento del botafumeiro hasta que va bajando y se va frenando y uno de ellos, "el más fortachón", lo intercepta con un característico gesto.