La prensa británica en bloque se cebó ayer con el secretario del Foreign Office (Ministerio de Exteriores), William Hague, un día después de que el destacado político «tory» se viera obligado a salir a la palestra para negar que es homosexual. Este miércoles, su asesor especial, Christopher Myers, de 25 años, dimitió tras hacerse público que compartió habitaciones de hotel con el Ministro durante la pasada campaña electoral.

La tormenta en el Foreign Office empezó el martes con la difusión en Internet de una foto en la que Hague aparece con ropa deportiva, gafas de sol, gorra visera y amplia sonrisa junto a un apuesto jovencito en vaqueros, Myers, igualmente sonriente.

Hague, uno de los políticos conservadores más populares del Reino Unido –y también de los más ricos–, necesitó dar detalles íntimos de su matrimonio para respaldar su desmentido. Pese a su fortuna, el Ministro decidió compartir habitación de hotel con Myers para ahorrar dinero a su partido. De haber sabido la que se le vendría encima, Hague seguramente habría consultado con algún experto en relaciones públicas, cosa que, al parecer, no hizo.

Algunos políticos, entre ellos el conservador lord Tebbit, acusan a Hague de «ingenuidad, en el mejor de los casos, y de estupidez, en el peor» por compartir la habitación de hotel con Myers, a quien luego contrató con dinero público.

«Estos días, hay que tener mucho cuidado. No estábamos tan mal de fondos en la campaña electoral como para que Hague tuviera que asumir tal riesgo» , y «cuando la persona en cuestión consigue luego un empleo, los rumores se disparan», dijo un diputado conservador al diario «The Independent».

En la rueda de prensa que Haguer dio el jueves junto a su colega alemán, Guido Westerwelle, homosexual declarado con pareja estable, la primera pregunta de un periodista británico no fue sobre las relaciones bilaterales. sino sobre el supuesto «affaire», lo que le obligó de nuevo a negarlo. «No me voy a extender. Mi esposa y yo estamos hartos de la circulación de acusaciones falsas, sobre todo en Internet, y en algún momento hay que hablar claro», dijo Hague, con Westerwelle a su lado.

Pero el asunto no está, ni mucho menos, zanjado. Ayer, consultados por varios diarios, entre ellos «The Guardian», personajes de diversos sectores de la vida pública británica dan su opinión sobre lo ocurrido. El periodista Matt Wells, que se ocupa de los blogs en el «Guardian» y se declara gay, se preguntaba por qué Hague tuvo que hablar de cosas íntimas como los abortos no provocados sufridos por su esposa en el deseo hasta ahora frustrado de la pareja de tener hijos. Y se responde aludiendo «a la simultánea fascinación y repulsión» que tiene todavía el sexo gay para la prensa británica.