Camilo José Cela decidió legar todos sus manuscritos, libros, cuadros, obras de arte, archivo y referencias literarias a una Fundación que se constituyó bajo su presidencia vitalicia en su aldea natal, Iria Flavia. La Fundación fue constituida por el escritor en 1986 e inaugurada por los Reyes en 1991. Tras la muerte del Nobel, en enero de 2002, el patronato eligió por unanimidad a Marina Castaño, segunda mujer de Cela, como presidenta.

La primera y básica gestión de Cela fue la de adquirir una de las llamadas Casas de los Canónigos, un conjunto de casas de finales del S XVIII, construido para servir de residencia a los canónigos de la Colegiata de Santa María de Adina, frente a cuyo pórtico se levantan. La restauración de las casas se realizó respetando, en la medida de lo posible, la estructura original del conjunto, y utilizando materiales y estructuras de la arquitectura autóctona.

Todos los expertos coinciden en afirmar que el legado de Camilo José Cela es único en la historia de la literatura. A los borradores y manuscritos de sus obras tienen que añadirse la suma de un ingente epistolario, su biblioteca de trabajo, toda la bibliografía publicada sobre él, sus documentos, la inmensa mayoría de las informaciones y comentarios aparecidos en la prensa desde los años cuarenta, todas las ediciones y traducciones de su obra y el archivo completo de la revista Papeles de Son Armadans, que fundó y dirigió desde 1956 hasta 1979.

Mucho más que literatura

Al margen de sus fondos eminentemente literarios, en la Fundación se exponen numerosas obras de arte, colecciones y objetos, que Cela reunió a lo largo de su vida y que sorprenden por su riqueza y variedad. Las referencias personales incluyen los títulos académicos y honoríficos concedidos al autor, tan numerosos que han llegado a figurar en el libro Guinness.

Entre los documentos que componen el archivo personal de Camilo José Cela se encuentra el epistolario completo del escritor, en el que se recoge su correspondencia personal con artistas, pintores, intelectuales como Jorge Guillén, Emilio Prados, León Felipe, Gregorio Marañón, Américo Castro, etc.

La Fundación alberga además una pinacoteca de 529 obras originales, entre cuyos autores destacan Picasso, Miró, Ulbricht, Zabaleta, Vicente y el propio Nobel. La colección se completa con 322 grabados, 98 láminas y 518 carteles, además 385 caricaturas y viñetas.

Destacan también piezas tan valiosas como el privilegio rodado de Alfonso X, fechado en 1255, por el que se otorga fuero a Ortigueira.