Aprender a tolerar las pequeñas frustraciones diarias es uno de los pilares básicos de la educación y de la autoestima. Hallamos unas depresiones tremendas en los adolescentes porque están acostumbrados a que en su infancia las cosas salieran como ellos querían. Pero la vida real es un acúmulo de pequeñas frustraciones que el niño debe aprender".

Esas fueron palabras claras y precisas que dijo ayer en el Club FARO la psicóloga infantil María Luisa Ferrerós, que fue presentada por la también psicóloga Teba Gúrpide. Y es que las claves de la autoestima infantil fueron el eje de una charla que consideró a ésta "como el origen de la mayoría de los conflictos emocionales y afectivos de los hijos".

"Si un niño no está bien consigo mismo -dijo- muestra su inconformidad a través de su mal comportamiento. La suerte es que, "a diferencia de otras habilidades, la autoestima se puede potenciar y aprender. El aprendizaje de este tipo de estructuras emocionales pasa, no por hablar mucho sobre ello, sino por experimentar".

Lo que significó Ferrerós es que entre padres e hijos la comunicación es básica, pero no sólo la verbal. "A veces, un abrazo vale más que mil palabras. A los hijos les cuesta expresar sus sentimientos, o no entienden qué les pasa y buscan el afecto a través de un abrazo. El abrazo de una madre, de un padre, hermano, amigo..."

Como matizó la psicóloga, "los niños se diferencian de los adultos en su sistema de comunicación. El de los adultos es básicamente verbal y el de los niños sensitivo. Los conceptos abstractos son difíciles de entender para ellos y, aunque lo pudieran interpretar, les resultaría difícil ponerlo en práctica".

La tolerancia a la frustración fue un aspecto en el que insistió Ferrerós. "A menudo, los padres, en el afán de proger a los niños y no defraudarlos intentan darles lo mejor, olvidándose de que a veces hay que decir `no´. La sobreprotección mengua su autoestima. Y hay que elegir una serie de prioridades a la hora de educarlos; saber decir `no" cuando merece la pena es una, como lo es el respeto, único modo de que se sepa hacer respetar él mismo".