La felicidad es una combinación perfecta de emoción y razón; cada una tiene sus herramientas: la parte emocional, relacionada con la ira, la tristeza, el miedo, la alegría y el amor, y la parte racional, que atañe a la atención, la percepción, la memoria y la intuición. Sin embargo, si no las conoces y utilizas ambas partes adecuadamente, el equilibrio es imposible, por lo que te sentirás insatisfecho.

Mila Cahue explicó ayer lo que también está en este libro último suyo, "El cerebro feliz" : cómo alcanzar esa combinación perfecta de emoción y razón con una fundamentación sencilla, según la cual aprender a pensar bien es como aprender a conducir; si controlas aquello en lo que fijas tu atención, podrás controlar tu visión de la realidad. Las emociones, a su vez, actúan como señales de tráfico que te indican en cada contexto cuándo hay que parar, corregir la ruta o soltar el lastre. En todos los casos, la razón se ve condicionada por la gestión de las emociones y, por lo tanto, necesitas aprender a redirigir tus emociones para actuar de forma adecuada.

"Todos los procesos se producen en el cerebro", advierte. "Aprender a pensar bien es como aprender a conducir; si controlas aquello en lo que fijas tu atención, podrás controlar tu visión de la realidad", añade Cahue, para la que "es clave aprender a escuchar a nuestro organismo; aprender a no reaccionar en extremo; recuperara la paciencia y la capacidad de observación; ser generosos con nosotros mismos, y saber aprender de nuestros errores.

La vida es para Cahue una experiencia personal. "Yo lo que intento es dar herramienta de cómo hay que hacerlo pero luego cada uno debe darle su toque personal", dice.