La Real Academia Galega describe la retranca como la habilidad de un interlocutor para hablar con segundas intenciones, bajo un tono cómico pretendido. Este recurso toma forma de espectáculo en "Noites de retranca", una representación que llena teatros desde hace cinco años con la presencia de figuras emblemáticas del ámbito escénico como Carlos Blanco, Rober Bodegas o Manuel Manquiña, entre otros. El próximo sábado 26 el espectáculo llegará al teatro Afundación de Vigo de la mano de Cándido Pazó, Celso Sanmartín y Quico Cadaval.
- "Noites de retranca" es el espectáculo más visto de la historia del teatro gallego. ¿Cuál es el secreto de que funcione tan bien?
- Fue siempre un fenómeno multitudinario. La clave del éxito es que el diseño del espectáculo se aproxima al formato "stand-up comedy" (comedia en vivo) pero con una factura mucho más libre. Los productores no nos obligaron a respetar un "timing" (ritmo) de monólogo humorístico, sino que cada artista que participa, aporta su personalidad. Rober Bodegas es muy distinto de Carlos Blanco y yo de Manquiña, así que hay un principio de autenticidad y de variedad. La obra pretende juntar al público que cada uno de nosotros tiene por separado y despertar su curiosidad por los demás, hay una confluencia.
- ¿Cuál es la clave de su elocuencia como narrador?
- Eso es un mito, lo fundamental en mi es el cuerpazo que tengo (risas). La elocuencia en sí no es ningún mérito. Yo puedo tener muchos recursos verbales y a veces es difícil callarme la boca, pero sobre todo tengo una voluntad de espectáculo. El mayor mérito del artista sobre escena no es estar siempre sobre el alambre, sino saber volver con "estilo y dignidad" cuando caes, como decía Siniestro Total. Sí hay una visión humorística del mundo diferente en cada artista y quizá sea lo que el público busca cuando va al espectáculo.
- ¿Cree que su capacidad para convencer reside en que el público se identifica con lo que cuenta?
- Llené teatros en lugares como Bogotá o Agüimes (Canarias) y se supone que no compartimos idiosincrasia, pero el público se reconocía de alguna manera. No es algo étnico, pero en general hay tan poca proclamación de la cultura gallega que la gente valora que haya artistas del país.
- En un monólogo comentó que la palabra "cuentacuentos" es fea.
- Feísima, como protocolo, sacacorchos, abrelatas. Por una parte no me gusta y por otra me permite hablar durante 25 minutos, así que algo también le debo. Consigo un don para la conversación, solo que en vez de hacerlo en un bar, lo hago ante 500 personas.
- ¿Se siente cómodo en el escenario ante tantas personas?
- Me siento muy cómodo porque hay un momento en el que todos jugamos al mismo juego. Además, en el teatro Afundación -que tendría que volver a su primer nombre, el Rosalía de Castro- me estrené como actor público con "Agasallo de sombras"de Roberto Vidal Bolaño en 1984. También llené con "Shakespeare para ignorantes" y también tuve la oportunidad de presentar "Noche de Reyes", de Shakespeare. También estuve en la Gala del Comercio Vigués con VidalBolaño un par de veces, que me obligó a comprarme una camiseta con un esmoquin dibujado, para estar a la altura de la elegancia.
- ¿Es la primera vez que comparte espectáculo con Cándido Pazó, Celso Sanmartín?
- Separadamente actué con alguno de ellos, pero esta es la primera vez que estamos en "Noites de Retranca" juntos.
- ¿Qué faceta le aporta más, la interpretación o la dirección?
- El verdadero teatro es estar con el público, lo demás son oficios relacionados con el teatro. La dirección me atrae mucho porque es narrar en colectivo, pero cuando estás realmente en el teatro es cuando hablas al público ante ti.
- ¿Podría adelantar alguna historia que vayas a contar?
- Hay una historia que va a ser muy identificativa para Vigo, sobre todo para la Ría. Una historia que inicialmente parece dramática, pero donde el exceso de desgracia provoca gracia.
- ¿Cómo definiría a sus compañeros de espectáculo?
- Los dos son insuperables en su área. Cándido y yo nos parecemos más, somos directores y escribimos obras de teatro. Celso Sanmartín lleva mucho tiempo escondido, es de San Paio de Navia y es una gran oportunidad de conocer el auténtico humor local. Ahí si que hay idiosincrasia.
