El historiador Julián Casanova animó ayer en el Club Faro a "romper con el mito de que lo que pasó en España en 1936 fue excepcional". El catedrático de Historia Contemporánea de la Universidad de Zaragoza subrayó que "casi ningún país de Europa pasó los años 30 sin violencia", y decir que la guerra civil española fue inevitable es "un tópico que aún mucha gente alimenta", pero que no se corresponde con la realidad. Otro de los argumentos que expuso fue que Franco ganó la guerra "gracias a la ayuda fascista", y que "con la II República murieron muchas cosas que venían con el sueño de la modernidad".

Colaborador de varios medios de comunicación, entre ellos "El País", el historiador aragonés es autor de varios libros sobre el siglo XX en España. El último de ellos se titula "España partida en dos: breve historia de la guerra civil española" (Crítica), un trabajo "dedicado a los profesores que se esfuerzan en explicar algo tan complejo como la contienda de 1936". Uno de esos docentes, la catedrática de instituto Rosa Pascual, se encargó de presentar al conferenciante, elogiando además su participación en investigaciones relacionadas con la llamada "memoria histórica".

Casanova advirtió que "casi nadie ha estudiado la guerra civil en las aulas", y que en su lugar "han sido educados por mitos y tabúes en las casas". Además, alertó contra "la pesada losa de los mitos" y contra los "traumas" que hacen que "algunos no quieran saber más que lo que se han forjado en su cabeza".

Guerras mundiales

Se refirió al clima de violencia generalizada en el continente: "Del 14 al 45 hubo 80 millones de muertos en Europa por dos guerras mundiales. Hasta hubo que inventar palabras como 'genocidio' para designar algo que no había ocurrido antes".

Para el historiador, las tensiones en toda Europa se producen porque "las masas piden por primera vez derechos civiles" y encuentran la oposición de las clases dominantes, de la burguesía y de "la gente que no quería que la educación fuera para todos".

Recordó que "en ningún país de Europa, salvo en el Reino Unido, votaban las mujeres. Pesaba mucho todavía la religión. Europa era todavía poco democrática hasta 1945, y había tasas altísimas de analfabetismo".

Reconoció que "era muy difícil que la República hubiese sobrevivido" en España, porque si no hubiese estallado la guerra civil, hubiese continuado un "proceso de violencia".

Subrayó que el golpe de estado de julio de 1936 no triunfó porque el bando franquista no conquistó las ciudades más importantes, y recalcó que España "fue el único país que ofreció resistencia al fascismo".

Esa resistencia -dijo- fue también de los mandos militares -que "en Galicia fueron pasados a cuchillo", apuntó-, y "solo cuatro generales de división se sublevaron".

Sostuvo también que la guerra civil desató "una violencia sin precedentes", alimentada por la "deshumanización del contrario", algo que también se produjo en Francia tras la invasión nazi y la implantación del régimen colaboracionista de Vichy. En España, afirmó, "hubo más violencia clerical y anticlerical".

Casanova, que describió la contienda del 36 como "un conflicto entre tradición y modernidad, entre la religión y la razón", recordó que la guerra "se internacionalizó muy pronto", con la petición de ayuda del gobierno republicano a la Francia del Frente Popular, denegada; y la asistencia sí concedida de nazis y fascistas a Franco. "Francia no interviene, presionada por Gran Bretaña, y la URSS entra a partir de septiembre de 1936", precisó.

Julián Casanova, que recordó que la República solo conquistó una capital de provincia en toda la guerra -Teruel-, hizo hincapié en que fue la internacionalización del conflicto lo que inclinó la balanza a favor de Franco: los 75.000 italianos y los 15.000 de la Legión Cóndor alemana, que iniciaron los bombardeos en la retaguardia para preparar la segunda guerra mundial, un hecho -afirmó- reconocido por Göring durante los juicios de Núremberg.