Buscar la huellas de aquellos 64 criollos que hace doscientos años fueron artífices esenciales en Cádiz de la Constitución liberal, la conocida como "La Pepa", es el objetivo del editor y comerciante José Piñeiro y de la médica Natalia Botaro, convertidos en expedicionarios e investigadores.

Su expedición "Ruta de la Constitución. Rumbo a la Libertad" llegó a su "ecuador", precisamente en el país que lleva ese nombre, de donde procedían tres de los participantes en las Cortes de Cádiz: José Mejia Lequerica, Juán Jose Matheu y Herrera (conde de Puñonrostro) y José Joaquín de Olmedo y Maruri.

Tras dos años de trabajo previo, Piñeiro y Botaro comenzaron el pasado mes de noviembre su periplo en Estados Unidos; continuaron por México; atravesaron todos los países de Centroamérica; siguieron a Colombia y estos días recorren Ecuador.

Desde este país continuarán su ruta, en busca de los herederos de la Constitución de 1812 y hacerla visible en su bicentenario, hacia Perú, Bolivia, Chile, Argentina, Uruguay, Paraguay y Brasil, para concluir en Venezuela, antes de regresar a Cádiz (sur de España).

De esta manera, dijo Piñeiro a Efe, se habrá cumplido el objetivo que los trajo: "difundir el bicentenario de la primera constitución española, recuperar la memoria de los diputados americanos que participaron en las Cortes de Cádiz y también conocer y celebrar el bicentenario de la independencia de los países americanos".

En su opinión, recogida tras más de un centenar de entrevistas con historiadores e investigadores locales, es "ahora cuando se comienza a conocer" a aquellos diputados en sus propios países y la importancia que tuvieron, junto a la Constitución de Cádiz, en los movimientos independentistas.

"Parece como que no se ha querido ver la importancia de su propia gente en aquella constitución", liberal, avanzada, que se adoptó en toda la América hispana y que, en España, duró unos pocos años.

En sus entrevistas con los historiadores y constitucionalistas americanos, Piñeiro y Botaro recogieron, según sus palabras, la impresión de que "la Constitución de Cádiz fue la única gran revolución americana".

Por eso, añadía Piñeiro, "queremos que se reconozca la gran importancia que 'La Pepa' tuvo, tanto en España como en América".

"A menudo nos hemos encontrado con escasa información referida a esos 64 diputados, y por eso también tratamos de poner en contacto a historiadores e investigadores de los distintos países", explicó.

Con respecto a los diputados "ecuatorianos", Piñeiro se refirió sobre todo a "La voz de América", como se denominó a Mejía Lequerica, médico, biólogo, gran orador y "fundamental en aquellas Cortes en la defensa de la abolición de la esclavitud y en exigir la libertad de prensa".

Mejía Lequerica murió en 1813 en Cádiz, a los 36 años de edad, a causa de la peste que estaba investigando; allí fue enterrado en el cementerio de San José, y su epitafio lo escribió José Joaquín de Olmedo, quien luchó con el Libertador Simón Bolívar.

Del conde de Puñonrostro se conserva escasa información, aunque sí se sabe que ya se encontraba en España cuando llamó a Mejía Lequerica en 1808 para que fuese a la metrópoli, y éste se involucró en la guerra de la Independencia contra los franceses.

Además de buscar el reconocimiento a estos hombres americanos que participaron en la redacción de la Constitución de Cádiz, Piñeiro y Botaro editarán libros y organizarán exposiciones fotográficas con motivo de este bicentenario, en el que el Imperio español comenzaba a languidecer y los países americanos se hacían independientes.