El monasterio de Shaolin, cuna del kung fu y centro de peregrinación de aficionados a las artes marciales de todo el mundo, enviará a sus monjes a enseñar sus habilidades a otros templos en el sur del país, creando la primera "franquicia" de un templo cada vez más centrado en los negocios que en la religión.

El abad del monasterio, Shi Yongxin, anunció la apertura de subsidiarias de Shaolin en cuatro templos de la provincia suroccidental china de Yunnan, una de las más turísticas del país, a las que enviará algunos de sus acólitos. El dinero obtenido por los monjes en la enseñanza de kung fu en Yunnan y a través de donaciones de fieles será reenviado a Shaolin, según el plan de Shi, a quien la prensa china apoda "el monje ejecutivo".

La franquicia con los templos de Yunnan, algunos de ellos con más de 2.000 años de historia, se ha contratado para al menos 20 años, según relató el abad, citado por la agencia oficial Xinhua.

Desde la llegada de Shi al puesto de mayor responsabilidad en Shaolin, el monasterio ha llevado a cabo toda clase de actividades de promoción y publicidad, incluyendo shows de sus monjes por todo el mundo, producción de películas e incluso comercio por Internet.

El estilo de Shi ha sido criticado por algunos seguidores del budismo zen -otro de los grandes inventos del monasterio Shaolin-, quienes acusan al abad de llevar el centro religioso como si fuera un negocio.

"El templo se ha degradado y es ahora una empresa", señaló un internauta de la provincia de Henan -donde se encuentra Shaolin- en foros sobre el tema publicados en Internet.

Según la leyenda, el kung-fu fue inventado por el monje indio Bodhidharma, quien en el año 527 fundó el Templo Shaolin, la cuna de este arte marcial y que se halla en las montañas Songshan, un bello paraje considerado por la UNESCO Parque Geológico Mundial.