No se sabe mucho pero Vigo tiene su punto de encuentro andaluz. Ahí donde estaba el restaurante “As mareas”, en tan buen paseo ante el mar como el de Montero Ríos, zona de terrazas, está la Bodega La Andaluza.

La culpa la tienen Manuel Martín de la Iglesia y María Isabel Ruiz, madrileños con antecedentes andaluces que d e c i d i e ron dejar Madrid para venirse a vivir a Vigo.

Al llegar, vieron que no había ninguna alternativa de restauración con personalidad andaluza y abrieron esta bodega en febrero de este mismo año, primero con sus dos hijos, ahora solos al asentarse ellos laboralmente por su cuenta. Tienes menús pero a nosotros nos interesa el reino de la tapa que puedes picotear en su larga barra o en sus mesas.

Y allí tienes desde salmorejo a frituras andaluzas pasando por esas carnes ibéricas de cerdo que son la presa, pluma, secreto o solomillo; pero también las chacinas (jamón ibérico, salchichón...) y al menos 7 platos de revueltos, unos con matanza, otros con jamón, otros con gula. ¿Ejemplo? Los huevos rotos con patatas y gulas.

Pero no puedo reprimirme, aunque no sean tapas: los miércoles, puchero andaluz; los viernes, el corderito asado; los sábados, la paella. (¡se me hace agua la boca!) Como se supondrá, la ambientación es nítidamente andaluza. Fotografías antiguas del Rocío, toreros, bailaores, cantaores, pasos de Semana Santa... Y un color predominante, el verde.

Pero hay algo más en esta embajada de Andalucía en Vigo: los jueves, de 5.30 a 7, clases de sevillanas por el profesor de flamenco Francisco Benítez.

Y, cada 15 días, actuaciones nocturnas de algún grupo. Mañana, por ejemplo, serán Los potros, esa formación netamente gitana de Pontevedra. Si gustáis, a eso de las once y media.