Se trata del I Encuentro Internacional de Nombres Raros convocado por el Ayuntamiento con la colaboración de vecinos y asociaciones culturales con el lema "con nombre propio" para resaltar precisamente esta característica tan peculiar de Huerta del Rey, pero tan poco común en otras latitudes.

Con esta iniciativa, los participantes, provenientes de múltiples lugares, han convertido por una jornada a Huerta del Rey en el centro neurálgico de los nombres poco comunes, una característica de la que disfrutan o padecen, según las circunstancias de cada caso, muy pocas personas que por motivos obvios no pueden pasar desapercibidas.

Y es que Huerta del Rey, pequeña localidad burgalesa situada en la Sierra de la Demanda, destaca precisamente por tener en su padrón un vecindario muy amplio con nombres "muy propios o poco comunes".

Ercilio Núñez, concejal de Cultura, ha explicado a Efe que la causa de que haya tantos "nombres raros" en este municipio se remonta a finales del siglo XIX, cuando al secretario del Ayuntamiento se le ocurrió tirar del "santoral".

Esta idea fue aceptada por los vecinos porque servía para solucionar los problemas de identidad que se generaban en el reparto del correo o en diversos trámites administrativos, debido a que muchos vecinos tenían apellidos idénticos.

Ercilio Núñez ha señalado que además se trataba de una época en la que la asignación de este tipo de nombres "tan originales y propios" no era tan llamativo como en la actualidad, "y quizás por ello fue aceptado como algo natural por los vecinos".

Alpidia, Marciana, Bienvenida, Ercilio, Firmo, Anacleta, Atolia, Canuta, Arón, Hermógenes, Sindulfo, Onesiforo o Sicilio son algunos de estos nombres propios de los vecinos de Huerta del Rey.

Los congregados, además de conocer a otros muchos semejantes con nombres nada habituales, reciben por parte del Ayuntamiento un diploma acreditativo de su participación en este "poco común" evento y un libro con todos los nombres raros inscritos en Huerta del Rey hasta 1918.

Este libro fue escrito por el filólogo Josep Albaigés i Olivart y prologado por el también filólogo natural de Huerta del Rey, Hermógenes Perdiguero.

El libro contiene varios cientos de nombres poco comunes, todos ellos de vecinos del municipio, y la intención es actualizarlo agregando otros nombres hasta la actualidad, según ha indicado el concejal de Cultura.

Asimismo Ercilio Núñez ha señalado la intención de llevar al Libro Guiness esta concentración para intentar que sea inscrita en este documento que acredita a escala mundial todo tipo de récord.

El concejal de Cultura ha destacado también que el principal objetivo de esta iniciativa es que "nos conozcamos personas con nombres raros, poco comunes o propios, porque, como es mi caso, muchos no hemos tenido la oportunidad de coincidir con otros semejantes que tengan nuestro mismo nombre".

Según Ercilio Núñez, es muy "entrañable" para una persona que no ha conocido nunca a otra con su mismo nombre poder hacerlo y compartir vivencias y experiencias "en una jornada que a buen seguro va a ser inolvidable y va a constituir el punto de inicio de muchas buenas relaciones de amistad para el futuro".

"Lo normal es que la mayor parte de las personas tengan nombres más comunes y conozcan a otros semejantes con su mismo nombre, algo a lo que casi no dan importancia, porque entra dentro de lo habitual, pero para los que no hemos tenido esta oportunidad se trata de algo muy especial, porque nosotros por nuestro nombre también somos especiales".

La concentración se organiza con el lema "Con nombre propio" y sirve además, según sus promotores, para promocionar esta localidad que tiene en su padrón el mayor número de nombres raros inscritos.

Fuentes municipales han señalado que superan los 400 vecinos, fallecidos o en vida, los que en este municipio han tenido algún nombre propio o poco común.

La idea de organizar esta concentración surgió de José Sebastián, natural de la localidad, hace más de un año, y ha posibilitado que personas como Sindulfo, Marciana, Canuta, Onesiforo, Alpidia o Aniceto hayan podido compartir anécdotas por tener un nombre que a buen seguro es seña y santo de su propia identidad.

La localidad cuenta además desde hoy con una placa con la leyenda "En homenaje al nombre propio". A todos los nombres raros de Huerta y del mundo".