Míriam Vázquez Fraga / VIGO

Han dejado de ser una cosa llamativa, aunque sigue habiendo algunos que consiguen ser objetivo de todas las miradas. Los tatuajes ya son casi como el reloj o las gafas de sol. Ya lo dicen algunos de sus portadores: "Son un complemento más del cuerpo". Un accesorio, eso sí, que parece estar más visible en los chicos.

Y es que ya sea porque ellas se animan menos a tatuarse o, lo más probable, que los suyos sean más discretos o estén algo más escondidos, resulta bastante más difícil dar con chicas tatuadas en la playa de O Vao.

Los tatuajes que dejan ver los bañadores se sitúan principalmente en extremidades, tanto inferiores como superiores, espalda y ombligo. No son pocos los casos de jóvenes que muestran tatuajes en más de una parte de su cuerpo.

Como todo complemento que se precie, hay dibujos para todos los gustos y personalidades, desde los más discretos hasta aquellos hacia los que es inevitable volver la vista. Figuras, tamaños y colores son los principales parámetros que los diferencian.

La mayoría de los que lucen sus tatuajes en la playa aseguran que se los han hecho "por su propio gusto", por y para ellos mismos, de manera que les "da igual" que los demás los vean o no. No faltan los que reconocen que les gusta el verano para que estén "un poco más a la vista".

No a todos les gusta que los tatuajes se hayan convertido en algo tan común. Y es que "como ahora los lleva todo el mundo", a algunos ya no les hace "ilusión".