En uno de los momentos más solemnes de su histórica visita de seis días a Estados Unidos, Benedicto XVI pidió a Dios "fuerza y curación" para las familias, en comentarios recogidos por la cadena estadounidense CNN. También durante la ceremonia, Benedicto XVI encendió una vela antes de dedicar una oración a "aquellos cuyos corazones y mentes están consumidos por el odio".

"Haz que aquellos cuyas vidas fueron salvadas que sigan con su vida para que los fallecidos aquí no hayan muerto en vano", rezó. "Reconfórtanos y consuélanos, danos fuerzas en la esperanza y concédenos la sabiduría y el valor para trabajar sin cansancio por un mundo donde la paz y el amor reinen en las naciones y en los corazones de todos", añadió.

De igual modo, el Papa pidió un momento de reflexión para la memoria de los fallecidos en los atentados. "Pedimos en Tu bondad que concedas luz eterna y paz para todos los que murieron aquí, a los héroes que respondieron los primeros: a los bomberos, los agentes de Policía, los efectivos de los servicios de emergencia, el personal de la Autoridad Portuaria; así como todos los hombres y mujeres inocentes, víctimas de esta tragedia simplemente porque trabajaban aquí el 11 de septiembre de 2001", declaró el Papa.

Acompañando a Benedicto XVI se encontraba un grupo de 24 personas, entre los que se incluían familiares de los fallecidos, así como algunos de los efectivos de los servicios de rescate que sobrevivieron a los ataques.

Al término de la ceremonia, el Papa abandonó la Zona Cero en su Papamóvil para preparar la Misa que tendrá lugar en el legendario estadio de béisbol de los Yankees de Nueva York, que se espera congregue a más de 55.000 personas. Así, Benedicto XVI se convertirá en el tercer Papa que celebre allí una homilía, tras el Papa Pablo VI (1965) y Juan Pablo II (1979).