El día de San Valentín es una de esas fechas señaladas en las que merece la pena regalarse una sesión de peluquería, maquillaje y estética para llegar con un aspecto espléndido a la cita con la pareja.

Para asegurarse un servicio profesional a los mejores precios, la solución más óptima es acudir a una academia de peluquería. "Cualquier persona va a salir guapísima por muy poco dinero, ya que puede ser atendida por alguno de nuestros alumnos que en todo momento son supervisados por sus profesoras. Éstas son, además, las responsables de dar los toques finales", explica Paloma Meilán, gerente de una cadena de centros especializados de este sector.

Los alumnos que están en el salón ya cuentan a sus espaldas con un amplio bagaje formativo. Se inician trabajando con maniquíes y sobre ellos van aprendiendo y aplicando las distintas técnicas de peinado. El primer paso es aprender a lavar una cabeza, mientras que el corte se deja para el final, cuando ya cuentan con la destreza necesaria para atender en el salón. Llegado ese momento, están siempre bajo la tutela de las profesoras, lo que constituye una garantía de calidad de cara al cliente.

Además de corte y color, los alumnos aprenden diferentes técnicas en el ámbito de la estética, desde depilación, manicura o pedicura hasta maquillaje y todo tipo de tratamientos faciales y corporales.