En 1945, en Dinslaken, una ciudad alemana ocupada por los aliados durante la Segunda Guerra Mundial, un fotógrafo de guerra inglés se resiste a regresar a casa: mientras cubría los últimos coletazos del hundimiento del Tercer Reich fue testigo de la liberación de uno de los campos de exterminio. Ahora, incapaz de retomar “una vida normal”, de concebir incluso que algo así pueda volver a existir después de lo ocurrido, toma la decisión de recorrer el país fotografiando a la gente frente a sus hogares, tratando así de comprender, de individualizar al pueblo que consintió la barbarie nazi.