Sanxenxo despidió ayer a cientos de visitantes que se desplazaron hasta la localidad costera para disfrutar unos días del buen tiempo y desconectar de la rutina. La mayoría de ellos son fieles a la villa, donde tienen segunda vivienda de diferentes puntos de Galicia y la meseta, y otros descubren por primera vez la tranquilidad de la villa.
La familia Moro, de Asturias, viene cada vez que puede a la joya de las Rías Baixas para visitar a sus sobrinos. En la playa, intentaban aprovechar los últimos rayos de sol. "Aprovechamos para visitar pueblos de la zona, pero en esta ocasión, y ya que hacía buen tiempo nos hemos quedado aquí en la playa" comentan. Tras pasar la cuarentena en pleno viaje a Buenos Aires y tener que ser repatriados intentan aprovechar al máximo el tiempo libre.
Confusión en los controles
Entre los controles a la villa y las restricciones de última hora también ha habido cierta confusión. Le ocurrió a María D, gallega residente en Las Rozas, localidad madrileña que no está confinada, y que vino a Sanxenxo a visitar a su hermana Cristina. "Nos pararon el sábado al volver de la playa y tuvieron que verificar si Las Rozas está o no confinada. De hecho me he quedado con los tickets de los peajes por si aún así hubiese algún problema y que se viese que vine el viernes a primera hora de la mañana de Madrid". Las hermanas tienen una vivienda en Sanxenxo a la que acuden cada vez que pueden para disfrutar del buen tiempo. María reconoce que "solo estar sentada en la playa, en la toalla, sin mascarilla es un lujo".
Una sensación que comparte la familia Martínez: "Ya hacía falta desconectar un poco de la rutina". Desde Moaña, los hermanos han reunido a sus familias y han aprovechado las mañanas para pasear y jugar con los más pequeños de la familia.
Todos coinciden en que este es un puente del Pilar más tranquilo de lo habitual, sobre todo teniendo en cuenta el buen tiempo. Aún así algunos creen que debería haber más vigilancia, especialmente en la playa. "Se entiende que la mascarilla no es cómoda para nadie, pero hay gente que viene de zonas de riesgo y sin respetar las medidas. Y al final vas por la playa apartándote", apunta Mari Carmen P., que siempre intenta ir a pasear a las horas más tranquilas.
Así, los vecinos de la villa se mezclan con los visitantes y algunos vecinos de acogida. Es el caso de la familia Pérez, residente en Madrid, aunque con raíces gallegas. Los Pérez viajaron a Sanxenxo antes de Semana Santa pensando en arreglar su segunda residencia para estas fechas. Su sorpresa fue que esta escapada se hizo más larga de lo esperado con las restricciones y ahora, ya que están jubilados, han decido quedarse. "Estamos más tranquilos aquí. Nos gustaría volver a Madrid porque tenemos allí nuestra vida y nuestra familia, pero estamos aquí a la espera de ver qué pasa. Aquí puedes pasear tranquilamente y se vive muy distinto que en la capital", afirma.
Sanxenxo amanece hoy ya sin visitantes, tras un puente intenso que ha sido un desahogo para los hoteles de la ciudad, algunos, especialmente los de cuatro estrellas próximos a Silgar, con cifras tan positivas, que han estado al 100% de ocupación, así como la hostelería.
