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Denuncia que su hijo sufrió agresiones en el colegio A Laxe

"El daño está hecho, solo quiero que no vuelva a pasar algo así" | Familiares y amigos del niño se concentran hoy ante el centro

Ana Santiago, con su hijo delante del colegio A Laxe. // Santos Álvarez

"Hay algunos niños que me odian? me dicen que soy malo? no paran de hacerme daño? si digo algo? me dicen que soy un mentiroso? un chivato? pero si siguen diciéndome cosas o me pegan? no puedo más y tengo que dar". Es el relato de un pequeño de 8 años recogidas en un informe psicológico emitido por el equipo de psicología del área de Hospitalización Pediátrica del Hospital Clínico de Santiago.

Cuenta su madre, Ana Santiago, que patadas, empujones, mordeduras, tirones de pelo, insultos y vejaciones como estropear su material escolar o tirar la merienda al suelo, son algunas de las situaciones que vivió el niño al reincorporarse al CEIP A Laxe después de haber sido sometido a un tratamiento oncológico por un cáncer que le fue diagnosticado con 6 años de edad. Esta situación dramática queda reflejada en el informe psicológico del Sergas, puesto que así fueron narradas por el pequeño a los profesionales sanitarios.

"Cuando volvió a las clases, se encontró con que varios niños empezaron a insultarlo, e incluso amenazaban a otros de sus compañeros si le hablaban", explica Santiago. En el momento en el que su pequeño empezó a no querer ir a la escuela, "algo que desde siempre le encantó", fue cando saltaron las alarmas. Ana Santiago avisó de inmediato a la maestra de estas situaciones que empezó a relatar su hijo y le respondió que "estarían pendientes".

Llegó el fin de curso y ante la llegada de uno nuevo, esta vecina de Marín comentó la situación vivida anteriormente por su pequeño y solicitó a los profesionales del centro que procuraran que aquello no se repetiera. Pero las agresiones y vejaciones se repitieron una vez más.

Teniendo constancia de ello, tanto por parte de su hijo como por el relato de otros de sus compañeros a sus respectivos padres y madres, que posteriormente se lo contaron a Ana Santiago, ésta mantuvo un encuentro con la dirección del centro para dar cuenta de los hechos y pedir que se tomaran medidas: "En esa reunión reconocieron que en el grupo sí había varios niños conflictivos y que estarían pendientes".

A pesar de aquellos avisos, la situación, lejos de cambiar, se hizo cada vez más insostenible. "En el vestuario se rieron del reservorio que lleva, lo amenazaron y un día llegó a casa con un golpe en la cara. En el centro me dijeron que había sido sin querer con una saltarina, pero en el centro de salud constataron que no era cierto", relata Santiago.

Parte de lesiones

El parte de lesiones con fecha del 14 de noviembre de 2019 al que ha tenido acceso FARO y que fue emitido por una facultativa del centro de salud de Marín recoge que el pequeño había sufrido una agresión. El niño relató que, en una fila a la entrada del salón de actos del colegio, un compañero le insultó y después lo empujó contra una pared, golpeándose en la cara. En dicho parte, la médica que atendió al pequeño concluye que la exploración médica "es compatible con los hechos alegados". La profesional del Sergas advierte al centro en el parte de que los hechos podrían constituir una infracción penal y por ello se comunicaba, para los efectos judiciales.

Días antes de que se sucediera aquella agresión, "ante la inacción de la dirección, acudí a Inspección de Educación, apoyada por una asociación contra el acoso escolar. Allí me recomendaron abrir el protocolo que tiene la Xunta para estos casos", comenta Santiago, quien registró la comunicación del caso el 8 de noviembre de 2019.

Dicho protocolo se inició el día 11 y se cerró el día 15 del mismo mes, ambos incluidos, y para sorpresa de la familia del hijo de Ana Santiago, las conclusiones finales del equipo directivo del CEIP A Laxe fueron que "del análisis de la información recopilada no se derivan indicios de la existencia de acoso pero sí de una falta de integración del menor en el aula y con los compañeros". Asimismo, se proponía un cambio de grupo y al no existir otro del mismo nivel, sugerían un cambio de centro del pequeño. "A partir de entonces mi hijo pasó a ser el que tenía mal comportamiento", dice la madre.A día de hoy el niño está escolarizado en Pontevedra.

Su familia y amigos se concentrarán a las cinco de esta tarde ante el colegio de A Laxe "para que este tipo de casos no vuelvan a ocurrir".

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