Entran al salón de actos en fila y en silencio, saludando con las manos y colocándose ordenadamente porque no quieren asustar a los perros. Los alumnos de primero de primaria del colegio Doroteas tuvieron ayer una clase especial a cargo de Uma, Trufa, Eco y Gofy, cuatro perros de Yuracán Galicia, una empresa especializada en terapia asistida con animales, que participaron en el primero de los talleres de educación en valores con perros.
La lucha por el bienestar animal debe comenzar desde la infancia y por ello desde la concejalía de Benestar Animal inician estos talleres que se impartirán a modo de prueba en cinco centros de la ciudad para, tras comprobar su funcionamiento, expandirlo a todos los colegios.
La actividad consiste en dos talleres, de una hora cada uno, con un máximo de 50 niños con perros profesionales adaptados. Comienzan a trabajar con un libro creado por la entidad, "El perro que no sabía decir guau y sus amigos del bosque", con el que aprenden que cada animal es único y especial así como que las diferencias no son malas sino que nos convierten en especiales.
Además aprenden que todos los perros no son iguales y que antes de acariciar uno deben preguntar al dueño, también que tienen que respetar su espacio vital sin agobiarlos y descubren los trucos que saben hacer estos canes.
"Trabajamos en el respeto, la solidaridad y el trabajo en equipo. Hacemos dinámicas con los perros en las que se trabaja la empatía y los valores que nos pueden transmitir los animales como que no critican o no juzgan", explica la directora de la entidad, Julia Correa. Reconoce que los escolares colaboran muy bien, "se hacen responsables de los perros, les decimos que han venido a su colegio y tienen que hacerlos sentir como en casa".
La concejala de Benestar Animal, Paloma Castro, explicó que la iniciativa está pensada para "concienciar de un cuidado responsable con los animales, que no son juguetes sino seres vivos. Además se aprovecha la sinergia entre niños y animales para inculcar valores de solidaridad, respeto comprensión e igualdad".
Los escolares se mostraron participativos y tranquilos en todo momento aplaudiendo en lenguaje de signos y cuidando de los animales, mientras estos disfrutaban de sus mimos. Y es que previamente a la actividad aprendieron en el aula la función social que hacen los perros de terapia, "les enseñamos que además de tratarlos bien como a cualquier ser vivos estos animales le dan un gran servicio a los humanos", explica una de las profesoras.
