La Fiscalía solicita veinte años de prisión y ocho de libertad vigilada para Marcos V.G., un hombre que está acusado de matar a puñaladas en Ponte Caldelas (Pontevedra) al marido de una mujer con la que había mantenido una relación sentimental.

El juicio, que será con jurado popular, se celebrará a partir del lunes 14 de octubre en la sección cuarta de la Audiencia de Pontevedra.

El crimen se produjo el 28 de noviembre de 2015 cuando el acusado, que un año antes había tenido una breve relación con la mujer durante un período de separación de la pareja, acudió a Ponte Caldelas para comprobar si el matrimonio había vuelto a vivir junto.

Según relata el escrito de acusación, al que ha tenido acceso Efe, Marcos V.G. accedió al edificio aprovechando que salía uno de los vecinos y se encontró con la víctima que, en ese momento, abandonaba su domicilio y le preguntó si vivía de nuevo con su esposa.

El acusado obligó a la víctima a entrar de nuevo en la vivienda y después de comprobar que efectivamente la pareja había retomado su relación entabló con él un forcejeo y lo tiró al suelo en donde, tras sujetarlo por el hombro, le asestó hasta quince puñaladas con una navaja.

El fiscal asegura que Marcos V.G. "aumentó de manera deliberada" el sufrimiento del marido de su exnovia, al apuñalarlo por todo el cuerpo.

Aún con la víctima consciente, el acusado "guiado por el mismo ánimo de aumentar su dolor", destaca el representante público, hizo una llamada de teléfono a la mujer desde el móvil de la víctima, a la que relató que le había acuchillado y le pidió que escuchase cómo agonizaba.

A continuación hizo una fotografía a la víctima, que yacía en el suelo cubierta de sangre y aún con vida, y se la envió a su esposa y le propinó una última puñalada en la espalda, lo levantó del suelo y lo dejó tendido sobre la cama.

Tras cometer el crimen, Marcos V.G. volvió a su casa, se cambió de ropa y avisó a su hermano para que lo llevase de nuevo hasta Ponte Caldelas, desde donde llamó al 112 para relatar lo que acababa de hacer y entregarse, junto con la navaja, a la Guardia Civil.

Por este crimen, que la Fiscalía califica como un asesinato con ensañamiento, además de la pena de prisión, el fiscal reclama que el acusado indemnice con 90.000 euros a la viuda y con 40.000 euros a cada uno de los padres de la víctima