Camoens, Picatoste, Lir, Greta, Lucita... Miles de pontevedreses tienen un amigo de nombre especial, cuatro patas, peludo y fotogénico, un revolucionario que no siempre entra en casa con buen pie (una parte significativa de las mascotas continúa siendo regalos no siempre deseados) y que merecidamente acaba por convertirse en un miembro más de la familia. Es una tendencia creciente y en la actualidad los hogares de la ciudad del Lérez cuentan con 13.772 animales de compañía, según el último registro de la Consellería de Medio Ambiente.
Esta constató durante el pasado año el fortísimo auge de la tenencia de mascotas (hasta con un incremento interanual del 18% en toda Galicia) si bien este efecto no se debe en exclusiva a los nuevos hábitos sino especialmente a la entrada en vigor de normativas que exigen la identificación mediante chip.
Pontevedra no está ni de lejos entre las ciudades gallegas con más número de perros en términos absolutos (la primera es Vigo, con cerca de 40.000, seguida de A Coruña con 25.113 y Lugo, con 16.681), pero el análisis cambia si lo examinanos en relación a la población.
Así, en términos relativos la ciudad de la muralla es la urbe gallega que registra más animales de compañía por habitante, 17 por cada 100, y Pontevedra se sitúa en segunda posición, con un ratio de 16,7. Significa casi dos mascotas por cada diez vecinos, según el censo más actualizado, del último bimestre de 2018.
Los mejores amigos suponen afecto y compañía en el espacio privado; y un importante reto de gestión en el público, especialmente en escenarios urbanos. La administración local asume costes en materia de protección animal, acogidas en perrera o en viviendas particulares, esterilizaciones, supervisión de colonias etc, que se suman a la habilitación de espacios y, muy especialmente, a impactos como el de la limpieza viaria.
Son aspectos en los que incidirán las nuevas campañas de la Concellería de Benestar Animal. Ésta se propone como líneas de trabajo para los próximos años reducir los abandonos, incrementar las adopciones y esterilizaciones y lograr una mayor implicación de los propietarios en la limpieza urbana.
Las primeras acciones se presentarán este mismo mes de octubre y contemplan establecer sanciones de entre 100 o 500 euros por temas como la no recogida de excrementos.
La concejala Paloma Castro, al frente del departamento municipal de Benestar Animal, explica a FARO que se hará hincapié en que "para poder adquirir un animal hay también que adquirir responsabilidades, tanto hacia el animal como hacia las normas de convivencia" y para ello se aplicarán las penalizaciones máximas contempladas en la ley gallega para cada uno de los incumplimientos.
La Policía Local realizará una especial vigilancia y Benestar Animal confía en reducir sensiblemente los incumplimientos en los próximos meses, antes de evaluar a la aplicación de otras medidas de presión.
Perros y, cada vez más, gatos son los animales de compañía preferidos por los pontevedreses, seguidos de aves, peces, reptiles, conejos, hurones... "Ahora las mascotas son uno más de la familia", explica Enrique Núñez Méndez, propietario de varias clínicas veterinarias en la provincia, "y todos los profesionales constatamos la mejora en la atención animal, como también el lógico incremento d e la exigencia, así que hoy los servicios de una clínica veterinaria han de ser muy avanzados y especializados".
En el extremo contrario al cuidado que merece un animal, el abandono. La protectora municipal registró el pasado año 260 entradas de perros, de los cuales solo una parte consigue ser adoptado.
A lo largo de 2018 consiguieron encontrar un nuevo hogar un total de 192 perros acogidos en la protectora, que durante el pasado año mantuvo en sus instalaciones una media de 140 animales, cachorros y ejemplares adultos abandonados en su día en calles, parques y montes del municipio.
Otro efecto de las tenencias irresponsables y abandonos son los grupos de gatos callejeros. En la actualidad el Concello contabiliza al menos 32 colonias que son controladas desde los servicios municipales para vacunar y esterilizar a sus integrantes, dos medidas que ayudan a la salud de los felinos y limitan el nacimiento de más crías no planificadas.
