A pesar de que Pontevedra es la segunda ciudad gallega con más mascotas por habitante los municipios del entorno inmediato presentan cifras muy superiores de gatos y perros registrados, en lógica correspondencia con la disponibilidad de fincas, jardines y en general espacios verdes en la zona periurbana.

Así, en Poio hay 22,61 animales de compañía por cada 100 vecinos (un total de 3.814) y 21,97 en el municipio de Sanxenxo. (3.787).

A medida que el análisis se traslada a los municipios situados al interior estos porcentajes aumentan sensiblemente (hay más pastores, guardianes, sabuesos etc).

Así, en Cerdedo-Cotobade el registro de la administración incluye a 2.930 animales; 1.170 en el caso de A Lama; y 1.140 en Campo Lameiro, los tres concellos de la comarca con más perros y gastos en relación a su población (unos 50 por cada 100 vecinos).

El veterinario Enrique Núñez Méndez hace hincapié en que "el incremento de la atención animal ha sido generalizado, en la ciudad pero también y hasta diría que muy especialmente en los municipios del rural; afortunadamente en la actualidad son excepcionales las escenas de un perro encadenado todo el día, hoy se preocupan de él y demandan servicios que hace 20 años serían impensables".

Prótesis y analíticas regulares, infrecuentes hace solo una década, se han generalizado "y en los últimos 2 o 3 años hasta cinco clínicas gallegas han implementado los TAC", señala el veterinario a propósito de un sector en auge.

"Es efectivamente un espacio económico pujante", reconoce en este punto este profesional con más de 20 años de experiencia en la dirección y gestión veterinaria, "como prueba el hecho de que muchos fondos de inversión están comprando clínicas, formando grupos para situarse en el sector".

Otro efecto ha sido la multiplicación de servicios hasta hace muy poco desconocidos, "como la oftalmología veterinaria, la traumatología o la endoscopia, profesionales muy especializados cuya labor sirve de complemento a la actividad de la clínica", añade.