Ence anunció ayer que volvió a "mejorar" su resultados ambientales en el primer semestre de 2019, avanzando así "de forma continua" en la excelencia de su comportamiento ambiental y en el cumplimiento de la normativa vigente.

Según datos aportados por la empresa, el principal indicador de su efluente, la denominada Demanda Química de Oxígeno ( DQO), mejoró en un 87% la normativa europea BREF de mejores prácticas ambientales del sector de la celulosa. Asimismo, este medidor se situó un 64% por debajo del límite máximo que establece su Autorización Ambiental Integrada ( AAI).

En lo relativo a los sólidos en suspensión, otro de los datos con los que se controla la calidad del emisario, se logró un resultado un 50% inferior al límite máximo que marca la AAI y un 76% por debajo del que especifica la citada normativa BREF.

Por otro lado, el caudal del efluente de la pastera en Pontevedra también registró una cifra de un 28% mejor del que establece su AAI y un 8% mejor que la obtenida por la fábrica en el mismo período del año anterior. El consumo de agua de la planta también se redujo un 12% frente al primero semestre de 2018.

La planta, que cuenta con cerca de 300 trabajadores, fue distinguida recientemente con importantes reconocimientos internacionales, como la Distinción Oro de la Comisión Europea por su mejora ambiental. Además, también la pastera también fue reconocida con la ecoetiqueta Nordic Swan, el sello ecológico oficial de los gobiernos escandinavos.

Con estos resultados, los responsables de la fábrica del complejo industrial de Lourizán insisten en que su cumplimiento de la normativa europea es "holgado".