Los 14 campeonatos de España, las dos semifinales de Europa y del Mundo, ser semifinalista de los World Games y llegar a los primeros puestos del ranking mundial conforman el palmarés de este pontevedrés que se enganchó al baile cuando aún era un niño y que con los años ha sabido reinventarse sin renunciar a una pasión que paso a paso acabaría convirtiendo en su forma de vida, y que sigue siéndolo, pero ahora desde la enseñanza.

-Dentro de la carrera profesional de un bailarín ¿Qué supone llegar a ser campeón de España?

-Después de un recorrido y del sacrificio que supone se campeón de España, pues es una recompensa y una satisfacción, tanto personal como profesional. Sobre todo, después de invertir tantas horas y tanto trabajo duro.

-¿Cuándo supo que quería ser bailarín profesional?

-Pues todo fue poco a poco, porque comencé a bailar desde los ocho o nueve años, pero para mí suponía aun hobbie. Pero poco a poco me fui metiendo en la competición, creo que el detonante que hizo que me planteara bailar a nivel profesional fue ganar mi primer campeonato de España a nivel Youth, con dieciséis años. Ahí reflexioné sobre dar el paso a competir y participar en el campeonato de España en la categoría de adultos.

-¿Cómo de duro es el mundo de la competición de baile deportivo?

-Pues realmente es un mundo muy desconocido para mucha gente y que implica un sacrificio en todos los aspectos, como el social o el económico. Nosotros entrenábamos en Italia y teníamos que tener un piso durante largas temporadas, además las ayudas económicas no son suficientes, porque es un deporte minoritario, lo que conlleva un desembolso de tu bolsillo. A nivel social, pierdes amistades o momentos importantes de amigos y familiares, es duro en esos ámbitos, pero también es una profesión que nos gusta y que hacemos porque queremos y supone una satisfacción en otros aspectos.

-¿En algún momento de los 21 años de carrera profesional, tuvo que renunciar a algunas cosas para seguir compitiendo?

-Bastantes, pero lo que más son momentos importantes como bodas o cumpleaños. Sobre todo, renunciar a aspectos sociales. Es lo que más cuesta cuando compites porque no tienes tiempo entre los entrenamientos y las competiciones.

-Esta semana abre su propia academia de baile ¿qué le lleva a retirarse y comenzar como profesor?

-Bueno yo ya llevo dos años fuera de las competiciones, y fue una decisión debida a toda esa rutina de viajar y de la que estaba un poco cansado. En cuanto al paso a abrir una escuela de baile, cuando te dedicas al baile desde muy pequeño y siempre estás en diferentes escuelas de España y del mundo pues reflexionas y dices: jolín, el día de mañana me gustaría tener una propia escuela. Finalmente, todo son casualidades, yo quería empezar a tener una vida estable, sin competiciones ni shows, porque el cuerpo ya no está para estas cosas. Entonces por casualidad, surgió la oportunidad de abrir una escuela. Este proyecto también lo veo como una herramienta para mostrar como es el mundo del baile deportivo.

-¿Qué expectativas tiene en su nueva etapa con su escuela?

-Sobre todo, que venga gente (entre risas), pero este proyecto también lo veo como una herramienta para mostrar como es el mundo del baile. Pero también socializar con gente, es una actividad muy amena, que implica el uso de música, por salud, porque también es un deporte. La final el baile es una actividad que te engancha, y ese es el misterio que no podría desvelar, y bueno la expectativa principal es que la gente también se enganche y que se contagie.

-Lleva dos años retirado del mundo de la competición ¿Tiene pensado volver o participar en algún campeonato?

-La verdad es que no creo, siempre digo que volvería a alguna competición, pero no hacer lo que conlleva. Cuando has llegado a tu objetivo pues el retroceder en mene no está. Pero nunca se sabe, a lo mejor llega un día y vuelvo a tener ganar de volver al mundo de la competición, pero no por ahora.

-¿Qué echa de menos del mundo del baile de competición? ¿Y qué no va a echar en falta?

-Echo de menos los viajes, en cierto modo era un privilegiado por haber estado en muchos rincones del mundo, también estar moviéndote constantemente. ¿Lo que no? Pues todo lo que conlleva competir, el sacrifico económico, el cansancio, el desgaste físico y los entrenamientos, todo eso no lo echo de menos.