Las embarcaciones de las cofradías de la ría se afanaban hace unos días en retirar un manto de algas que se aproximaba a la costa. En A Lanzada, palas excavadoras removían la arena de la playa para "enterrar" las algas, ante el malestar de bañistas y colectivos ambientalistas.
Estas "plantas marinas" son tan apreciadas por unos como repudiadas por otros. No cabe duda de que son organismos vivos que cumplen su función en el ecosistema marino, pero por otra parte causan daños sobre la producción de moluscos -al extenderse en grandes cantidades sobre la arena-, al margen de "afear" las playas y provocar incomodidad e incluso repulsión a algunos bañistas. De ahí que su aparición estacional en los arenales provoque controversia entre conservacionistas y sectores económicos, principalmente productores de marisco o sector turístico.
La retirada de algas en la playa de A Lanzada ha causado indignación entre los defensores de este espacio natural, así como también entre los bañistas que ven alterado sus momentos de ocio, con el movimiento de tractores sobre los arenales.
Los colectivos naturalistas y la comunidad científica recuerdan que la presencia de estos organismos es tan natural como necesaria para la ría, aunque en determinados momentos del año su proliferación pueda parecer una plaga.
Los productores de moluscos también tratan de hacer frente a las algas, que cuando se acumulan sobre la arena "asfixian" a las especies que viven en ella. Las cofradías de la ría de Pontevedra no han tenido esta temporada graves problemas con la presencia de estos organismos, si bien para evitar su llegada a la costa las embarcaciones de las cofradías tan trabajado algunos días en su retirada a flote.
En algunos arenales se ha procedido a retirar grandes mantos de algas de forma manual y sin emplear maquinaria pesada en la mayoría de los casos. Pero los portavoces de los pósitos de la ría apuntan que la presencia de algas en los arenales no es tan preocupante como lo fue en otros años.
Al margen de los sectores productivos, la opinión de los usuarios de los arenales se divide entre quienes consideran que no se deben alterar los ciclos naturales y los que ven en estos organismos un incordio que les lleva a no pisar la playa. Los conservacionistas recuerdan que las algas no son basura, sino organismos vivos necesarios para los procesos biológicos del mar y sus habitantes, que son además el alimento de numerosas especies, por lo que no deben retirarse, principalmente con medios mecánicos que dañan el ecosistema.
